El sexólogo de Puerto Madero II - Relatos Eróticos

El sexólogo de Puerto Madero II

... corriendo el riesgo de que su secretaria entrara a la habitación y nos atrapara. —Que hermosa eres Flora. —Su elogio me llevó al delirio, sus manos separaron mis piernas y en unos instantes sentí sus labios besar la parte interna de mi muslo izquierdo, apreté el sofá en un intento de controlar el gemido.

—Doctor. —lo llamé en voz baja, no le importaba mucho, casi llego al éxtasis cuando su lengua se deslizó a lo largo de mi sexo, lentamente inició un movimiento con su lengua en mi intimidad, volviéndome loca. Necesitaba más, mi respiración era dificultosa, mis senos subían y bajaban a un ritmo acelerado, traté de mirarlo, pero sentí el recorrido con su lengua, fue en ese momento que perdí el control sobre mí misma. —Sabroso. —susurré con voz maliciosa, su hábil boca me saboreaba en un ritmo frenético al punto de hacerme sentir el deseo latir en mis venas. —chúpame. —pedí y negó él todavía lamiéndome sutilmente . —Oh. —Golpeé mi mano contra el sofá protestando, sentí una en mi estómago, contrayendome y detuvo el movimiento y solo pasó su lengua por mi clítoris. —Continúa —le ordené, pero él se detuvo y me miró.

—Suplica. – Dijo totalmente sexy y pasó su lengua por el pezón de mi pecho que estaba duro por mi excitación. —Quiero oírte suplicar. —Sostuve su cabello un poco fuerte, estaba sin aliento.

—chúpame. — volvió a negar y para provocarme mordisqueó mi cuello. —Hmm, esto es delicioso.— Dije mientras besaba mi garganta.

—¿No vas a suplicar? — cuestionó y mordisqueó el pezón y tiró de él ligeramente hacia él.

— Quiero sentirte. – Empecé a hablar, él sonrió y chupó levemente mi pecho, impidiéndome pensar con claridad. —Quiero que tu boca me folle. —dije tirando de los mechones de su cabello, se alejó, hasta regresar a mi punto débil. Sus dedos me tocaban suavemente, poco a poco fueron abriendo mi sexo tal como estaba antes, y en unos segundos su boca me succionaba magistralmente, a veces sentía su barba rozar el costado, me hacía reír de placer, la voluntad que tenía en este momento era de gritar, pero necesito contenerme, pero está siendo difícil controlarme cada segundo. su lengua parece penetrarme más profundo. Y al mismo tiempo que me chupaba, sus manos recorrían mi cuerpo, masajeando mis pechos, apretándome y haciéndome chupar las puntas de sus dedos que acariciaban mis labios. —¡Ooh sí! —gemí en voz baja.

—sacúdete para mí. – ordenó y luego volvió a chuparme con una intensidad inusual, mis manos capturaron algunos mechones de su cabello, masajeando y tirando, poco a poco mis caricias obtuvieron respuesta, pues intensificó el ritmo, este hombre es perfecto, me incliné y la forma en que movía mis caderas fueron el empuje perfecto, fue entonces cuando el nudo que sentía en el estómago estaba a punto de estallar, una mezcla de sensaciones me envolvía, traté de sostenerme del sofá, mi cuerpo respondía a cada embestida de su lengua sobre mí, no puedo más, siento que voy a explotar de placer.

—Aaah. —No pude evitarlo cuando ...