Locura en la noche III - Relatos Eróticos

Locura en la noche III

... lubricó su ano, metiendo uno de sus dedos. Mientras mi esposa se había colocado detrás de mi y me besaba la espalda mientras con su mano derecha me pajeaba desde atrás. Ambos veíamos como Lucía se masturbaba ante nosotros y perforaba su culo al mismo tiempo.

Cuando ya estaba calentita, me indicó que la follara. Me acerqué y apoye mi duro glande en su culo. Pensé que ofrecería mas resistencia pero sin esfuerzo entró lentamente en su caliente y duro culo. Lucía jadeando me dijo que fuera despacio que era su primera vez, por lo que seguí suavemente metiéndola y sacándola.

Mi esposa se colocó a su lado y ya sin vestido, se empezó a tocar mientras volvió a besarla apasionadamente.

Aquella escena con sus pechos ante mí era increíble. Lucía con una de sus manos buscó el coño de mi esposa y la relevó en su masaje. Ambas jadeaban.

Lucía tomó el control del juego. Me pidió que parara y saqueé mi polla lentamente. Ella se levantó y me colocó boca arriba con los pies apoyados en el suelo. Se puso de espaldas y se colocó sobre mí. Humedeció su culo y se sentó sobre mi polla dejando sus piernas abiertas. Empezó a cabalgar. Ya su culo estaba completamente dilatado y se enterraba toda la polla. Mi esposa se puso enfrente de nosotros de cuclillas y comenzó a comerle el coño mientras se clavaba mi polla, para ello ella tuvo que bajar el ritmo de la follada y jadeaba como una loca. Yo aproveché para sujetar sus pechos que rebotaban y chocaban entre sí. Pasados unos minutos sus gemidos fueron haciéndose aún mas intensos hasta que de repente se silenció un segundo y luego un gran chillido llenó la sala. Lucía se había corrido con la comida de coño de mi esposa y mi polla entrando en su culo. Con esos chillidos no pude contenerme más y ella cogiendo aire al notar que me venía me pidió que me fuera dentro de su culo. Obedecí y lance mis dos primeros chorros dentro. Fueron intensos y potentes, a lo que ella gritó que lo estaba sintiendo. Con su mano tiro de mi polla y pícaramente la dirigió a la cara y tetas de mi esposa. La tercera y cuarta corrida llegaron tímidamente a mi esposa mientras Lucía me la sacudía.

Ella reían pero yo estaba exhausto.

Lucía se levantó y cogió a mi mujer por el brazo. La llevó a mi dormitorio diciéndole que era su turno. Yo aún estaba boca arriba en el sillón recobrando el aire. Al recuperar las fuerzas fui a mi dormitorio. Al llegar mi esposa estaba boca arriba con las piernas abiertas y Lucía le comía el coño mientras le metía 2 o 3 dedos a gran velocidad. Mi esposa me vio entrar al cuarto y con los ojos llorosos de placer y gusto me pidió que me acercara al llegar a ella, me recliné y la besé intensamente, ella suspirando empezó a chillar hasta que se apartó para poder gritar de placer, corriéndose mientras me miraba fijamente. Podía sentir su placer.

Lucía se levantó y nos dejó un rato a solas. Nosotros seguimos besándonos un rato y nos mirábamos sin hablar, sonriendo.

Liego fuimos juntos al baño donde Lucía se ...