Locura en la noche III - Relatos Eróticos

Locura en la noche III

La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida.

Después del segundo encuentro con Lucía, decidimos frenar la situación. No podíamos poner en riesgo la amistad, ni mucho menos mi relación. A fin de cuentas, Lucía se estaba separando y mi esposa la había acogido en casa y no podía decepcionarla así, aunque la atracción entre ambos era grande.

Tras dos meses en casa, Lucía quiso prepararnos una cena para agradecernos la hospitalidad con la que le habíamos tratado y aprovechando que por fin la separación estaba ya a punto. Dejamos a los niños con los abuelos y mientras nos cocinaba, preparó unos cócteles y pusimos música. Entre bromas y risas, hablamos de todo un poco, bailamos e incluso jugamos a las cartas.

Tras la cena y ya con unas copas de más, la energía fue menguando y mi esposa empezó a sacar algunos recuerdos de cuando ellas eran solteras y salían de marcha. Las travesuras que hacían con los chicos y cómo se reían juntas. No se si fue fruto del alcohol o la complicidad, Lucia se abrió y nos contó que en esa época llego a sentirse atraída por mi esposa. Lo cierto es que me sorprendió, pero no me molestó en absoluto. Aún así, ella negó sentirse lesbiana, ni siquiera bisexual a lo que le respondí que no tenía porqué. Perfectamente se podía ser heterosexual y sentir atracción, no por ello te enamorarías de esa persona.

La noche quedó ahí y nos fuimos a la cama. El alcohol había bajado y seguramente la libido de la situación también.

Serían las 4 de la mañana cuando mi esposa empezó a hacer algún tipo de ruido o sollozo mientras dormía, lo que me despertó. Pensé que estaría teniendo una pesadilla pero cuando se despertó bastante agitada me confesó que había tenido un sueño erótico. Muy avergonzada me confesó que había sido con Lucía y la cara me cambió, escapándose una risa que ella interpretó como burlona por lo que se ofendió un poco.

Se levantó y fue al baño, yo me quedé acostado y volví a coger el sueño.

No se cuanto tiempo pasó, pero note que ella había vuelto del baño, y se había quedado sentada en la cama. Le pregunté si estaba bien ya que no se acostaba y tras unos segundos que pasó pensando me dijo que al ir al baño había pasado por la cocina a buscar agua. Pero no llegó a ella. Al pasar por el salón vio a Lucía que seguía en el sillón con la luz de la lámpara de la sala. Al principio pensó que estaba dormida pero luego escuchó una vibración y se dio cuenta que estaba abierta de piernas, con una pierna recogida sobre el sillón y la otra estirada en el suelo. Su mano sujetaba un satisfayer y ella se mordía los labios mientras lo pasaba por su coño. Se había sacado un pecho spbre la blusa y lo masajeaba con una de sus manos.

A medida que me lo contaba mi sorpresa y la excitación hicieron que me empalmara. Quise aprovechar el momento y poderme follar a mi esposa, pero enseguida me paró.

Le pregunté si le había visto y me dijo que creía que no ya que no había encendido la luz y que había ido descalza.

Viendo ...