LOS HERALDOS DE LA LUJURIA XII “La Liberación” - Relatos Eróticos

LOS HERALDOS DE LA LUJURIA XII “La Liberación”

Culebra sintió el miedo y la excitación ante las palabras de Osuel, se sentía avergonzado, primero por la posición en la que se encontraba (en sumisión total ante el macho alfa) y lo otro avergonzado por lo que sentía, primero en su culo el cual palpitaba dilatado ante la caricia de Osuel, metiendo y sacando su dedo de allí lo estaba haciendo arder de deseo de sentir algo más grande (mucho más grande). Osuel le hizo sacar su hembra interior y esa hembra quería que la poseyeran y duro.

Tembló de excitación cuando sintió el glande duro, liso, grande y caliente de Osuel puntear su ano, abrió mucho los ojos cuando sintió su fuerza y la presión del invasor que poco a poco iba entrando en su culo. Las sensaciones se iban combinando en primer lugar dolor ante la invasión, era un dolor punzante, agudo, que subía por su columna, le quemaba, pero por otro lado sentía excitación hormigueo en su ano, por fin estaba siendo poseído por el hombre de sus sueños y la sensación era demasiado agradable.

Osuel sintió ese culo virgen apretando su glande, ese culo estaba caliente y suave y esa sensación la disfrutó al máximo, poseer a un hombre era lo más delicioso del mundo y en su haber Osuel había poseído a varios quienes inicialmente se habían resistido para luego caer ante el encanto y la persuasión de Osuel. Culebra con la cara pegada a la pared, piernas separada, desnudo de la cintura para abajo y el culo en pompa recibía con placer las envestidas de Osuel con una mezcla entre dolor y placer, el grueso y largo pene de Osuel le rozaba un punto en su interior que lo hacía empinar más el culo para recibirlo aún más, era una extraña corriente eléctrica que subía desde su culo por toda su columna hasta que explotaba en oleadas de placer en su cabeza, nunca había sentido eso pero era la cosa más maravillosa que hubiese experimentado y se prometió a sí mismo vivirlo lo más seguido que se pudiera.

Mientras ese pensamiento rondaba la cabeza de culebra, su cuerpo recibía los embates de la penetración profunda de Osuel, ya a esta altura su culo estaba totalmente dilatado y ya el dolor había desaparecido y lo que quedaba era puro placer, Osuel lo taladraba sin piedad ya en un punto sin retorno buscando el orgasmo y descargar sus grandes bolas llenas de semen. Para el culebra este momento vivido con su amo Osuel (porque eso era de aquí en adelante, su dueño) era un descubrimiento total y no importaba ya si los demás se enteraban que era marico, este placer quería seguir viviéndolo y estaba dispuesto a entregar el culo a quien lo necesitara para descargar su semen, al menos que su dueño disponga de otra cosa.

Mientras este pensamiento embargaba a culebra, un desbocado Osuel taladraba sin piedad el ya no virgen culo de su compinche, se hundía con fuerza imaginando poseer a su deseado José Daniel, dos situaciones estaban pasando a corta distancia pero conectadas entre sí, mientras Osuel cogía sin piedad a culebra pensando en el delicioso JD, en ese mismo instante a ...