1. Una yegua de sangre azul


    Fecha: 01/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: yanine10, Fuente: TodoRelatos

    ... matutinas.
    
    La condesa sabía que Moham era hijo de un rico Jeque de la lejanas tierras de Siria, donde el ganado humano era una rareza.
    
    Los ojos del sirio se lanzaron hacia las yeguas desnudas en el establo con codicioso asombro.
    
    Señaló a la condesa y soltó una risita al oído de Farah.
    
    La pareja se acercó a la yegua recostada, deteniéndose por un momento para que Farah pudiera agarrar un cubo de ordeño vacío de un gancho en la pared.
    
    La condesa tomó esto como una señal y de inmediato se puso de rodillas y presentó sus pechos hinchados a su ama para el ordeño.
    
    Moham se quedó cerca, recorriendo con la mirada los flancos y los cuartos traseros, el pecho lechoso y la parte afeitada de su coño... Aspiró los olores de estiércol y almizcle del establo como si fueran vino perfumado.
    
    - "Oh, joya del desierto... ¿Puedo tener el privilegio de descargar a esta criatura de su leche?... A menudo he bebido leche de yegua humana de estas propiedades, pero ni una sola vez he realizado la tarea de adquirirla”, le dijo Moham a Farah con voz quejumbrosa.
    
    Farah se rió de las pretensiones de este chico y le entregó el balde.
    
    - “Oh, aquí tienes si te hace feliz hacerlo... Debes tener cuidado de no dañar mi tesoro, ya que ella es mi favorita de todo el establo... Debes tomar los pezones entre tus dedos y tirar no muy fuerte de ellos para sacar la leche”, le dijo.
    
    En su excitación, Moham ignoró este consejo y le dio a la condesa un fuerte tirón hacia abajo que hizo que la yegua jadeara... Sin embargo, con la guía de Farah, el joven pronto aprendió a tener un ritmo constante... Farah se lo hacía continuamente y lo sabía bien.
    
    Chorro tras chorro de dulce leche fluyó a través de sus dedos morenos y en el balde... La condesa sintió que un cálido resplandor de alivio se apoderaba de ella, y pronto se retorcía de placer y lamía las manos que la ordeñaban.
    
    Con el próximo nacimiento de su potro, la condesa había estado produciendo mucha más leche que antes... Siempre fue así, recordó la yegua.
    
    Sus tres embarazos anteriores habían sido muy parecidos... Cada vez, su pecho estuvo constantemente dolorido por la leche no extraída, pero ahora la ordeñaban bien todos los días para que produjera cada vez más y más leche.
    
    Rara vez pensaba mucho en esos niños, fruto de sus apareamientos anteriores... El jeque era muy estricto en cuanto a llevar a cualquier potro recién nacido al cuidado de mozos de cuadra bien entrenados.
    
    Había tenido dos potros y una potranca, recordó distante.
    
    Con un poco de suerte, los potros crecerían y pronto se unirían a los ejércitos del Sultán, a los que rendía pleitesía el jeque.
    
    El destino de su hija dependería de si era una gran belleza o si tenía las cualidades de una corredora como lo tenía su madre.
    
    Si ella llamó la atención de un rico ciudadano, podría incluso tener el honor de vivir en una casa y usar ropa, tal vez incluso convertirse en la esposa de un gran hombre.
    
    En cualquier caso, la condesa hacía ...
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