1. Dos hermanas pervertidas parte 4


    Fecha: 01/07/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Chuy, Fuente: SexoSinTabues30

    DOS HERMANAS PERVERTIDAS
    
    Cuarta Parte
    
    Marcela pierde su virginidad.
    
    Marcela ya llevaba un buen rato en ese baño de la discoteca con el viejo albañil en plena sesion de sexo sin importarle quien los oyera por fuera Marcela solo queria saciar su excitacion y el viejo queria cojerse a esa colegiala que ganas le llevaba cuando la vio bailar en la pista.
    
    El viejo entonces le dio vuelta quedando de frente a ella y veía embelesado a la hermosa jovencita ya totalmente entregada a sus más depravados deseos, los ojos del viejo le brillaban con siniestra maldad al imaginarse ya follándose a ese tremendo bombón de jovencita.
    
    La chica tenia los parpados de sus ojos semicerrados por la excitación, el horrible viejo bajó la vista, y se recreaba mirando los redondos senos desnudos de la nena, perfectamente formados, turgentes, que se alzaban majestuosos moviéndose agitadamente con el ritmo de su respiración; sus hinchados pezones estaban rodeados por una rica aureola de carne; la vista de esos tremendos melones era soberbia.
    
    El viejo no pudo evitar tomarse unos instantes contemplando la visión de esta diosa, con esos tersos melones de carne que se erguían majestuosos y que subían y bajaban al ritmo de la agitada respiración y cubiertos de un ligero sudor que los hace brillar, los ojos del degenerado se le salían contemplando esos tremendos melones.
    
    Entonces el vejete dijo.
    
    –-Mamasota estás muy buena de verdad, qué par de tetas grandes y divinas, verás que culeada te voy a echar, vas a ver las estrellas, mi reina.
    
    Al mismo tiempo el viejo la estrechaba por la cintura atrayéndola hacia sí, haciendo sentir sin miramientos el duro bulto que tenía formado en la entrepierna.
    
    –-Aaaahhhhhhh mamazota…., y le dio un beso fundiéndose los dos en un fogoso beso, el viejo mancillando esos jugosos y frescos labios de la jovencita, introducía su lengua infestada de alcohol, en esa boca tan fina y delicada, avasallándola ella podía sentir en sus papilas gustativas los ácidos gases de licor y el tabaco que el viejo le pasaba ella.
    
    La invasora y larga lengua del vejete le exploraba hasta la garganta y ella respondía a ese asqueroso beso con verdadera pasión, sentía como esa lengua se movía con agilidad y destreza en su boca y ella quería sentirla recorriendo todo su escultural cuerpo; ese viejo fácilmente podría ser su abuelo, pero que en esos momentos sólo deseaba que fuera su macho, ella suspiraba disfrutando como la abusaba el viejo y lo abrazaba por los hombros derritiéndose como mantequilla por el caliente beso.
    
    El vejete disfrutaba esa deliciosa boca de donde emanaba un aliento cálido, limpio y muy rico, su lengua le recorría todos sus perfectos dientes explorá doselos, ella quería saciar ese fuego que la estaba consumiendo en su cuerpo y no le importaba que fuera con ese repugnante viejo.
    
    Ella en lugar de rechazar al asqueroso vejete alzo sus manos desde los hombros del viejo e instintivamente las dirigió a la parte posterior de la ...
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