1. Una vida peculiar (Cap 9)


    Fecha: 30/06/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Rubir, Fuente: TodoRelatos

    ... vibraciones invadió todo mi cuerpo haciendo temblar mis piernas. Claro, mi ama había activado el huevo que estaba en mi coño, ya no me acordaba. Me agarré a la silla que tenía delante para no caerme y puse los ojos en blanco, los que se encontraban en la sala seguían flipando.
    
    -¿Estás bien?- me preguntó un hombre de unos 50 años.
    
    -Sí, sí, perdonen.
    
    Me recompuse como pude intentando aguantar las vibraciones y el placer que sentía ahora mismo, y proseguí con mi discurso. El huevo no se apagaba y era tal nivel de excitación que se me pusieron los pezones como escarpias bajo la blusa, si me acercaba a un cristal podría hasta rallarlo. Después de unos cinco minutos a máxima potencia, el vibrador empezó una serie de velocidades que se iban intercambiando. No me lo había dicho, pero asumía que no podía correrme, además, tenía mi coño “cerrado”. Si alguien se fijaba en mi entrepierna vería mi coño completamente brillante a punto de gotear, es más, un hilillo ya se asomaba por el interior de mi muslo.
    
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    La reunión duró 2 horas, las dos horas más largas de mi vida. Si ayer tenía sospechas de que a mi ama le daba igual el trabajo y el futuro de la empresa, esto lo confirmó al 100%. A la hora de despedirnos dos accionistas se aventuraron a despedirse dándome dos besos. Estaba claro que les había proporcionado una reunión bastante divertida, además de una considerable erección. Recibí los dos besos y algún que otro tocamiento en el culo con un asco disimulado y me dirigí hacia mi oficina de nuevo.
    
    Entré y me encontré a mi ama sentada en mi silla con Sandra hablando sentada a la otra parte del escritorio.
    
    -Hola jefa, ¿cómo ha ido?- dijo mi hermana al verme, levantándose de la silla.
    
    -Bien, ha ido bien- dije quedándome parada sin saber muy bien qué hacer.
    
    -Me alegro, sabía que eras muy buena trabajadora, siéntate.
    
    Me senté en mi sitio, no había dildo, cosa que agradecí, y me quedé mirándolas, no sé qué hacía Sandra allí si ya se podía ir a su casa.
    
    -Sandra aún no se ha ido, le he pedido que se quedase un momento que quería que le enseñases una cosa- me dijo mi ama. –Verás, me ha dicho antes que le has pedido que te girase los aros de los pezones que te dolían, y claro, hay unos aros que todavía no le has enseñado y te los hiciste a la vez que los otros.
    
    En ese momento miré a mi ama suplicándole que no con la cabeza, y con lágrimas asomando a mis ojos. En cambio, ella estaba con una sonrisa malévola en la cara.
    
    -¿Quieres verlos Sandra?- le preguntó.
    
    -Mmmm vale.
    
    -Perfecto, pues jefa, ya sabes lo que hacer.
    
    Me quedé petrificada en el sitio sin saber qué hacer, no podía creer que mi ama me hiciese enseñarle el coño a mi secretaria. Oí un chasquido de dedos y volví a la realidad. Me levanté y llevé mis manos al borde de mi falda para empezar a levantarla poco a poco. Antes de llegar a mostrar mi coño, Sandra me interrumpió:
    
    -Espera, espera, espera, ¿qué haces?- tenía una voz de sorpresa.
    
    -Te iba a enseñar ...
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