1. Desvirgo a Vika, mi hijastra cachonda


    Fecha: 30/06/2019, Categorías: Incesto Autor: AmoMuyEstricto, Fuente: TodoRelatos

    Miércoles, 3 de agosto
    
    Con los albores del día de verano se despertó Vika con una sonrisa nerviosa. No se atrevía a despertarnos y esperó hasta que Muriel empezó a desperezarse. La increíble energía de la juventud permitía que Vika se hubiera levantado con una enorme actividad. Silenciosamente mis dos esclavas prepararon un copioso desayuno y mi primera imagen del día fue dos venus arrodilladas a mis pies esperándome para atender mis necesidades. Al sentarme a la mesa, ambas se disputaban servirme el café, las tostadas y el zumo y se habían esforzado en que todo estuviera justo a mi gusto. Vika siempre sonreía sabedora de que iba a ser el día que conseguiría su ansiada marca.
    
    Después de la tradicional ducha a tres, elegí la ropa que llevaría la doncella del sacrificio. Una breve minifalda y una camiseta escotada serían suficientes. Este verano también se había acostumbrado a calzar siempre esclavas. El camino hacia el local de tatoos y piercings fue excitante para los tres. Llevaba a Vika de la mano casi desnuda bajo su ropa y perfectamente depilada. Muriel iba siguiéndonos un paso por detrás y con la cabeza mirando hacia el suelo. Fue un camino corto, pero intenso. Era casi una procesión religiosa, donde la virgen era llevada de mi mano en lugar de sobre mis hombros.
    
    Al llegar, Muriel saludó efusivamente a Sari. Sari era la tatuadora más experta del local y también ponía los piercings delicados. Muriel se retocó algunos tatuajes al llegar a Galicia y fue donde le tatuaron mis iniciales. Sari sabía perfectamente lo que íbamos a pedirle y nos pasó a la sala interior, más discreta. Vika permanecía callada. Yo expliqué cómo quería el piercing atravesando el prepucio del clítoris y que quería que la anilla terminase en una bolita metálica que golpease su clítoris a cada paso. Sari sonrió cuando describía lo que quería que hiciese con el cuerpo de la púber. Al terminar de explicar, Sari la cogió de la mano y la llevó sola al despacho.
    
    —¿Estás segura que quieres ponerte ese piercing? —preguntó la tatuadora y solo obtuvo una inclinación reiterada como respuesta positiva—. Marcará tu sexualidad y tiene sus riesgos. Deberás curarlo durante varios días, te explicaré cómo hacerlo. Puede infectarse. Si notas cualquier molestia, debes avisarnos cuanto antes y si no podemos resolverlo, habrá que quitarlo y tendrán que seguir con las curas en tu centro de salud.
    
    —Quiero hacerlo, no se infectará. Sé que estoy en buenas manos y en casa me ayudarán. Muriel tiene otro igual —comentó finalmente Vika y sonrió mirando al infinito.
    
    —Debes firmar el consentimiento. Léelo y si tienes alguna duda, pregunta antes de firmar. Siempre puedes revocar el consentimiento.
    
    Nunca he visto una sonrisa tan luminosa como la de Vika al volver al reservado, ni una mirada que reflejase mejor la decisión de entregarse a su amo. Entró, se pegó contra mi cuerpo y me susurró:
    
    —Estoy preparada. Quiero que me sujete mientras me perforan.
    
    Muriel dobló la ropa de la ...
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