1. La inmoral madrastra lo pierde todo.


    Fecha: 30/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: zorro4l, Fuente: RelatosEróticos

    ... juventud, en un aburrido empleo de 9 a 5.” –Pensaba Lucrecia.
    
    “Espero que el tal Simón, haya valido la pena. Al menos; ¿Las habrá llevado de compras? ¡Pero tengo mis dudas! Siquiera les habrá pagado el taxi para volver a casa. Me las imagino a ustedes dos caminando en pelotas por la calle, sin saber cómo sentirse; por haberse tirado al tecladista de los New Romantics.” –Dijo Nelly en forma burlona.
    
    “Aunque te burles. ¡Estábamos ebrias de la felicidad! Él estaba muy agradecido con nosotras, porque le dimos mucha suerte esa noche. ¡Ganó una pequeña fortuna jugando a las cartas! Y vaya que supo premiarnos por ello... ¡Él, es un dios en la cama! Tuvimos todo un fin de semana para comprobarlo. ¿Quién va a pensar en ir de compras? cuando estás recibiendo; ¡La mamada de tu vida! Y claro que nos llevó a casa en su limosina el lunes siguiente.
    
    Ahora me da risa recordar, la peculiar experiencia de volver a nuestro apartamento. Hubieran visto la expresión de todos los vecinos; cuando nos vieron bajar de ese auto, todavía puedo seguir escuchando esos vulgares silbidos de lobo, que venían de todas partes. Bruna y yo estábamos en el cielo, no nos dimos cuenta que olvidábamos lo esencial para volver a la realidad.
    
    Estábamos despidiéndonos en la acera, sin otra cosa encima; ¡Que el aroma de nuestro perfume!
    
    Para ese momento, estábamos tan extasiadas de haber pasado los últimos días, viviendo ese maravilloso sueño. Ya había dejado de importarnos todo, en especial; la opinión ajena. SI, éramos unas libertinas, bastaron solo 3 días de lujuria y desenfreno con una celebridad; Que se nos olvidó, la necesidad de volver a vestirnos.
    
    Simón se había ido y el aire del mediodía nos acariciaba con total insolencia. ¡Nos veíamos regias! Y lejos de avergonzarnos; estábamos disfrutando de toda esa atención. Así que Bruna y yo nos tomamos de la mano y fuimos contoneándonos muy orgullosas, de estar en nuestra propia piel, hasta toparnos con el casero en el ascensor.
    
    El muy cachondo; nos propuso perdonarnos las rentas atrasadas que le debíamos. Solo bastó quedarnos en cueros y permitirle; ¡Hacerse una buena paja! Mientras nos veía hacer la limpieza. “–Dijo entre risas Franciely.
    
    “Más bien, Estaban tan imbuidas en los efectos del azúcar del diablo, qué; ¡Se les olvidó pedirle algo de ropa! Tanta fiesta blanca, no es buena para ustedes. ¡Qué vergüenza tener que pasar por eso!” –Exclamó Nelly sintiendo pena por ellas.
    
    “No puedo creer que dos de mis mejores amigas; ¡Sean unas exhibicionistas! Yo me moriría si estuviera desnuda en público. ¡No soy tan descarada!” –Dijo Lucrecia entre risas.
    
    “Querida; ¡Todas somos unas putas! La diferencia es que algunas; si sabemos admitirlo. ¡Búrlense cuanto quieran! Yo sé que se mueren por ingresar a ese lugar, en especial por la emoción de ver a todas esas celebridades y gente adinerada que suele acudir asiduamente.
    
    Todos merecemos vivir al menos unos minutos; ¡En el mundo de los ricos y famosos! Solo para saber, ...
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