Lorena: mi novio y mi familia (4) - Relatos Eróticos

Lorena: mi novio y mi familia (4)

... o de alguna noticia medianamente relevante.

- Bueno, todo esto es muy extraño para mí. Toda la vida he sido un tipo tradicional, así me educaron mis padres, pero quiero mucho a Lorena y me dolería que todo se fuera al diablo sin haber hecho un último esfuerzo.

- Claro, ¿Qué mayor sacrificio podría haber que cogerse a la madre y a la hermana de tu novia, no? - ambos reímos.

- Ahora tú dime algo, sabiendo que probablemente voy a estar con ellas, ¿Te sientes cómodo con la idea?

- ¿Me preguntas si siento celos o algo parecido? - asentí con la cabeza - bueno, no me llena de dicha el saber que otro hombre se coja a mi mamá y a mis hermanas, pero en realidad no, no me importa tanto, quiero decir, no es como que llegue cualquier hijo de puta y se meta en su cama: eres el novio y tal vez futuro esposo de Lore, como veo las cosas eres prácticamente de la familia, aunque si he de ser honesto contigo, tengo mis dudas de que esto vaya a funcionar. No es que no seas un buen muchacho, eso me queda claro por lo que mi hermana nos ha contado de ti, pero justamente por ello dudo que te puedas acostumbrar a este estilo de vida, espero que lo hagas y que seas muy feliz con mi hermana, pero tengo mis dudas, de hecho, poco antes de que llegaras tuvimos una charla acerca de cómo debíamos comportarnos contigo y eso, lo del beso de mi mamá creo que fue un acto llevado por los nervios más que otra cosa; el beso de Lola no, ella hace esas cosas porque es así, impulsiva, escandalosa, gritona; pero si te sirve de consuelo, creo que a todos nos has caído bien.

Guardamos silencio por un momento. Noté que hablaba un poco más rápido de como había hablado en el viaje, lo cual me hizo suponer que estaba nervioso, eso me hizo sentir un poco mejor al notar que no era el único al que aquella situación le había puesto los pelos de punta.

Me quedé pensando en lo que me decía, en su falta de confianza en que todo eso funcionara para mí; ciertamente las dudas que él tenía con respecto de toda esa situación, eran la mismas que habían rondado por mi cabeza durante días, e incluso las razones por las que esas dudas estaban tan presentes eran extraordinariamente similares a las que habían inspirado el que pensara en esos cuestionamientos que tan repetidamente me planteé por días.

- Bueno y ahora que ya conociste a mi mamá y a Lola ¿A quien te quieres coger primero? - preguntó, creo yo que con la intención de aligerar el momento incómodo que se había generado entre nosotros, y ciertamente lo logró, pues su pregunta nos hizo soltar una carcajada justo en el momento en que las chicas regresaban con nosotros.

La segunda parte del viaje fue algo incómodamente divertida para mí, aunque hice lo posible para que no se notara mientras era bombardeado por las insistentes y malintencionadas preguntas de Lola.

Cuando al fin llegamos a la casa, después de un largo camino en que estuvimos charlando y riendo, debo decir que me sentía muy cómodo con todos ellos, tanto como si los ...