Lorena: mi novio y mi familia (4) - Relatos Eróticos

Lorena: mi novio y mi familia (4)

... entusiasmada ante la idea que proponía Luis.

- ¡Genial! ¡Me encanta tu juego hermana! - dijo Luis, un segundo antes de que el huevo se activara y comenzara a volar de mano en mano.

Era evidente que la nueva regla había despertado aún más las cosas, pues todos comenzamos a bombardear a Luis, queriendo que le sonara la alarma a él; no obstante, cuando la alarma al fin sonó, era Rosa quien tenía el huevo en las manos.

- Ven aquí mami - dijo Luis, mientras se levantaba y se quitaba los shorts, quedando completamente desnudo.

Rosa le lanzó el huevo a Lola, quien no perdía de vista a su madre mientras avanzaba hacia el chico, el mismo que se quedó parado esperando a que llegara su madre.

- Hace rato que vi lo que Mario te hizo, me quedé con ganas de hacerlo yo, así que tendrás que acariciar mi pene entre tus senos, mami.

Era tan extraño ver a una madre y a un hijo desnudos frente a frente, tan surreal y excitante que pensé que mi miembro estallaría de lo duro que se puso.

Rosa se arrodilló frente a su hijo y se metió la verga del chico en la boca, escupiendo luego sobre sus pechos, imagino que con la intención de lubricarlos, para luego colocar el miembro de Luis entre sus senos y comenzar a masturbarlo con ellos.

Lola activó el huevo cuando comenzaron, pero lejos de mirar la escena, sus ojos estaban concentrados en la erección que se manifestaba debajo de mis shorts. Me miraba con tanta lascivia y deseo, que fue imposible no imaginar lo bien que me caería cogerme a esa chica en ese momento, para reducir la dureza que tenía mi miembro y que cada vez comenzaba a doler un poco más.

- ¡Eres una diosa Mami! ¡Por dios! ¡Qué placer! - dijo Luis mientras los senos de Rosa bajaban y subían desenfrenados, mostrando en su cara una sonrisa amortiguada por la forma como se mordía su labio inferior, hasta que nuevamente sonó la alarma y Rosa se tuvo que detener - ¡Rayos! - gritó Luis, antes de que su madre se pusiera de pie y se fundieran en un beso muy diferente a aquellos con que se habían cerrado las partidas anteriores.

Sentí una mano presionando mi pene, antes de mirar abajo y ver que Lorena me estaba tocando. Nuestras miradas se encontraron y vi en los ojos de mi chica aquella lujuria que siempre observaba antes de entregarnos a una sesión loca y desenfrenada de sexo.

- ¡Oye! ¡Eso no vale! - le espetó Lola a Lorena cuando vio que me estaba acariciando.

Lorena se detuvo en el acto, dejándome aún más excitado de lo que ya estaba, necesitado de hacer algo, de desahogarme antes de volverme loco.

El huevo voló a las manos de Rosa, quien al igual que Lola, miraba mi erección con especial atención, pero también de una forma suspicaz, como si se le hubiera ocurrido algo especial.

Rosa activó el huevo pero solamente le dio unos pocos segundos de tiempo, y para sorpresa de todos, lo mantuvo en su mano, sin arrojarlo a nadie.

El resto de los jugadores nos quedamos mirándola, expectantes ante lo que podría ordenar, al tener el ...