1. Una incestuosa familia feliz (1)


    Fecha: 28/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Incestamor, Fuente: CuentoRelatos

    ... ¡Sí! Piénsenlo bien los dos ahora que estén en la cama juntos –contestó Silvia y continuó, en tanto Luisa había empezado con un leve movimiento apretando y tratando de sacar el semen de la verga de Francisco, puesto que ella ya había tenido un ligero orgasmo.
    
    - ¿Cuál es la pregunta, señora Magda? –Le Pregunté realmente ansiosa, nos decía Silvia, -en tanto Edgar ya le había desprendido la falda y el brasier que aún estorbaba.
    
    - Bueno, me dijo Magda, pero antes de que me contesten tú y tu hermano, que es bastante varonil por cierto, sin que desmerezcas tú con tu belleza que me tiene impresionada, déjame contarles algo, pero vamos a la casa para platicar cómodamente con una buena taza de café, galletas y un cigarrillo.
    
    - Oye, Silvia pero cómo se enteraron de ese trabajo, no es que no me parezca estupendo, pero como fue que les informaron de esa oportunidad.
    
    - Cuando trabajaba como niñera la señora de la casa era divorciada y se había juntado con una de sus amantes, las dos conocían a la señora Magda y supongo que no sabían de lo que se trataba en realidad ni del sueldo que se ofrecía. Yo tenía sexo con las dos por aquel tiempo, pues las llenaban mucho hacer tríos y fue algo grandioso, mi hermano trabajaba muy separado de mí, sin embargo nos permitieron a los dos alojarnos en su casa donde yo tenía también aprovechaba para tener sexo con Francisco.
    
    - Además el hotel donde nos quedamos y que ella nos ofreció y del que es socia la señora Magda, debieron haber puesto cámaras, pues mi hermano descubrió una de ellas cuando salíamos para la entrevista y a Francisco y a mí nos gusta expresarnos con palabras relativas a nuestro gusto por el incesto cuando estamos cogiendo y supongo que debieron haber grabado con sus cámaras nuestros cuerpos desnudos a la hora de copular y la cantidad de nuestros orgasmos.
    
    - Mientras íbamos hacia la casa pasamos por donde estaban las dos hermanitas, que eran gemelas, idénticas. Ellas nos sonrieron saludándonos y no se inmutaron por estar desnudas y besándose en la boca como si fueran dos amantes. Eso he de admitir que provocó que me mojara un poco e igual le pasó a mi hermano al que se le levantó el bulto.
    
    - Interesante, Silvia, yo también me hubiera mojado o me hubiera unido a ellas.
    
    - Ganas no nos faltaron de unirnos, pero ya sentados en la sala, Magda, cómo quiso que le dijéramos y que le habláramos de tú. Nos contó la historia de su vida. Cuando se sentó pudimos observar que su ropa nos permitía ver perfectamente la redondez de sus pechos, el canalillo que formaban y no pude fingir mi mirada poniendo atención sobre sus pezones que se abultaban deliciosamente marcados por la tela de su vestimenta.
    
    - Son ustedes muy hermosos, hasta puedo verlos como si fueran mis hijos y me gustaría mucho que me llamaran Madre a partir de ahora, si ustedes aceptan.
    
    - Por nosotros encantados, ¿verdad hermano?
    
    - Sí nos encantaría a mi hermana y a mí llamarte Mamá.
    
    - No se diga más a partir de ahora soy su ...
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