1. Follando mi primo me hizo gritar


    Fecha: 28/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... a cubrirnos con el edredón y con un beso cálido en su boca con sabor a él, sin que se hubiera despertado, me despedí del hasta el día siguiente.
    
    Era la tercera noche que pasaba con él en aquel hotel de montaña, la tercera que pasaba con mi primo, un hombre de unos 27 años, cinco más que yo y al que prácticamente no conocía, salvo por esos dos días maravillosos en los que nos descubrimos nuevamente, mientras paseábamos por aquella montaña blanca, sin poder movernos de aquel hotel al estar incomunicados.
    
    Hacia años mis tíos decidieron marcharse de la ciudad y lo único que recordaba de él es que era un chico flacucho, divertido y con el que me reía mucho y ahora ese chico se había convertido en un hombre alto y corpulento, bastante guapo, tenía el pelo castaño, unos ojos azules muy claros y una sonrisa muy bonita, su cuerpo musculoso y con unas manos muy suaves que tras estudiar en la universidad, se había convertido en el veterinario de los distintos pueblos pequeños de la región, donde nos dirigíamos cuando nos sorprendió la ventisca.
    
    Al no poder continuar nuestro viaje nos tuvimos que conformar con la única habitación que había libre, una habitación con tan solo una cama y no precisamente grande, ninguno de los dos venía preparado para esa situación, yo desde muy joven dejé de utilizar camisón y pijamas porque me molestaban para dormir, con lo que en mi maleta no había nada para esa situación y él solo disponía de lo puesto, ya que simplemente me había ido a recoger al aeropuerto para llevarme a la reunión familiar en casa de sus padres donde nos esperaban todos.
    
    Esta es la pequeña historia de cómo empezó aquella semana y de cómo descubrí a mi primo, de cómo pasaba los días enamorándome de él, la historia de sus noches, los dos en una habitación metidos en una cama con nuestros cuerpos semidesnudos, sintiendo el calor de sus piernas sobre las mías, de su cuerpo sobre el mío y de lo que paso el resto de aquella tercera noche ya lo sabéis.
    
    Después de mi pequeña travesura, de haberme alimentado de mi primo, desvelada por completo la noche transcurría y no sabía cómo dormir, la ventisca golpeaba en las ventanas, fuera en la calle estaba cayendo una nevada impresionante, la habitación iluminada a penas con la leña que todavía ardía en la chimenea, se sentía calor no obstante debido a la calefacción central del pequeño hotel en el que nos tuvimos que refugiar.
    
    La mañana siguiente amaneció un día muy soleado, por fin después de cuatro días volvíamos a ver el sol y podríamos salir de allí, pero a eso de las once de la mañana nos dieron la mala noticia que hasta el día siguiente no estarían las carreteras despejadas, esa noticia realmente yo la cogí como una buena noticia.
    
    Pasamos todo el día paseando por la montaña, sabía que algo había cambiado, mi primo estaba más sonriente y yo como era evidente estaba feliz, hablábamos y reíamos de cualquier cosa, jugábamos a guerras de bolas de nieve, corríamos entre la nieve a pesar de que en ...
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