1. Vacaciones en la playa. Día 2. (Parte 2)


    Fecha: 27/06/2019, Categorías: Voyerismo Autor: RayFenix, Fuente: TodoRelatos

    ... un pato bailando, pero bueno, ella entendía, me agarro fuerte de la cintura y me dejé llevar. Un par de pasos y me guió mi mano hasta su culo. Instintivamente lo agarré con fuerza, estaba duro como una piedra. Me sonrió, me dio un beso en los labios y me metió la mano por dentro del pantalón.
    
    Me empezó a acariciar la polla.
    
    Todo esto sucedía mientras su pareja observaba atentamente de pie y mi mujer seguía sentada en la hamaca. Busqué desesperadamente encontrarme con la mirada de mi esposa, buscaba su aprobación de la situación, mientras las caricias en mi entrepierna se volvían más intensas. Bastó un par de segundos en los que nuestros ojos se encontraron, un simple guiño suyo me valió para terminar de relajarme. Iba a disfrutar de lo que estaba pasando.
    
    La música cambió, se volvió mas animada y vi como Marta se levantaba de la hamaca y se ponía a bailar con el chico. No es que el baile sea lo suyo tampoco, pero un par de giros sobre si misma, dejando ver que no llevaba ropa interior y sus tetas bailando al son de la música, era suficiente.
    
    El chico bailaba de lujo y mi mujer se dejaba llevar, daba gusto verla girar, como la manejaba, como se rozaban, como le agarraba el culo desnudo por debajo del vestido. Dentro del morbo que suponía esa escena, había hasta cierta belleza. Tanto la chica como yo paramos de hacer lo que estábamos haciendo solo para observarlos embobados.
    
    Cuando la canción terminó, el chico cogió a Marta en volandas hasta que su pelvis quedó a la altura de su cara. Con la visión que eso conllevaba. La volvió a bajar al suelo, la besó en la boca y le metió la mano por debajo del vestido.
    
    Fue solo un instante. Marta cerró los ojos, echó la cabeza para atrás y soltó un gemido.
    
    Sabía que le acababan de meter los dedos en el coño.
    
    La situación duró un minuto escaso.
    
    Las luces del local se encendieron de forma molesta. Iban a cerrar. Se separó del chico y corrió hacia mí, me abrazó, me besó apasionadamente, como desahogándose y me sonrió.
    
    Después de unos instantes algo confusos volvimos a la realidad. Nos despedimos cordialmente de la pareja, dándoles las gracias por la invitación de la última copa y nos marchamos del local. Como si allí no hubiera pasado nada.
    
    Mientras nos encaminábamos hacia el hotel, el camino me recordó al mismo que emprendimos el primer día de vuelta de la playa. Ambos en silencio. Pero la situación era radicalmente distinta. No comentamos nada de lo que había ocurrido. No nos hacía falta.
    
    -¿Que tal, mami? -. pregunté pellizcándole la mejilla.
    
    -Genial, papi -. respondió dándome un piquito.
    
    Recorrimos el camino hasta el hotel de manera tranquila, yo con mi mano agarrándole el culo y ella con la suya metida en mi paquete.
    
    Al llegar a la habitación, sin mediar palabra, abrió la puerta de la terraza, se apoyó contra la barandilla y se levantó el vestido mostrándome su culo
    
    - Dale -. Fue lo único que dijo. Sin mirarme ni siquiera.
    
    Mi respuesta fue quitarme los ...
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