1. El regalo: Un antes y un después (Vigésima tercera parte)


    Fecha: 26/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... al visualizar una pared, la del fondo, muy roja ella, desde el zócalo hasta llegar al friso del techo, pero en su centro, pintado un inmenso circulo negro y frente de él, quizás a una distancia de menos de medio metro, colgado del techo pendía un columpio, revestidas la sogas y su banca de velludo terciopelo, todo negro también.
    
    —Vera usted, señor Rodrigo… ¡Ehhh! ¿Puedo llamarle por su nombre? —Reclamando mi atención me dijo el cliente, a lo cual con una sonrisa como gesto afirmativo, le confirme que sí, que podría hacerlo.
    
    —Soy un hombre muy ocupado y honestamente, desorganizado. Mañana es el aniversario de mi «Mechas», por lo tanto necesito con urgencia entregarle un modesto presente. Hace meses viene insistiendo en cambiar su antiguo coche. Ella lo desea negro y discreto. Un modelo que ustedes distribuyen, me ha parecido perfecto para la ocasión. —Yo le alcancé el portafolio de nuestros automóviles y el señor Schneider, con rapidez me lo indicó con su dedo índice.
    
    —¡Este es! Y lo necesito resplandeciente y matriculado, todo listo para mañana mismo. Tengo la documentación necesaria en esta carpeta. ¿Lo puede hacer usted? —Y lo miré con incredulidad.
    
    —¿Rodrigo?... Lo cancelo ya, solo deme el número de cuenta y además, si tiene este otro para entrega inmediata en color gris plata, también con suma urgencia y ese sí, sin matricular, lo quiero ver parqueado aquí, mañana en la tarde. —El hombre fijó su mirada en mi rostro, seguramente para determinar si le mentiría para conseguir el negocio, auscultando quizás sí estaba nervioso ante su propuesta, sorprendido o muy sereno.
    
    —¿Thomas? Si me disculpa un momento, voy a llamar al concesionario para verificar nuestro inventario, si están disponibles, cuente usted con esos dos vehículos parqueados aquí al frente del edificio después de mediodía. —Le manifesté y el señor Schneider, desplazándose de su amplio escritorio de color caoba, se distanció de mí unos metros hasta llegar a un aparador mediano de roble, tomando del interior una botella de ambarino color y servir en dos vasos altos, lo que supuse yo, era un buen whiskey escocés. ¡Sin hielo!
    
    Mientras el hacia los honores yo marqué en mi teléfono, el número designado para las urgencias…
    
    —¿Alo?... ¿Jefe?
    
    Y a continuación le realicé la consulta y para mi fortuna y por supuesto para el señor Schneider, era muy viable su solicitud, eso sí, colocándole mucho empeño y rapidez con el gestor del concesionario.
    
    —Thomas, revisando esta documentación diligenciada, faltan firmas. Aquí y en estos otros dos también. Además, necesito este dinero para los pagos correspondientes y esta autorización firmada también. ¿A dónde me dirijo para encontrar a su esposa? —Le pregunté
    
    —¡Jajaja! Rodrigo… Soy divorciado y Mechas no es mi esposa, pero si es mi mujer y mi socia. Ella, aparte de ser lo más preciado de mi vida, es la cónyuge de mi mejor amigo. —Me respondió con una normalidad pasmosa que me erizó la piel.
    
    —Disculpe yo pensé que… —Y me ...
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