1. Aislado Entre Mujeres [45].


    Fecha: 25/06/2019, Categorías: Incesto Autor: Nokomi, Fuente: TodoRelatos

    ... otra vez… ya sabés, lo del semen. Pasó sin querer; pero te gustó. Y no mientas, sé que te dio morbo.
    
    ―Puede ser, pero no significa que haya que repetirlo. Creo que es algo que estuvo bien en el momento, justamente porque se dio sin querer. Esto ya me parece un poquito más… inapropiado.
    
    ―¿No me dijiste mil veces que a vos lo “inapropiado” te calienta mucho? Por eso terminaste comiendo conchas. Porque lo veías como algo “prohibido”. Te gusta disfrutar de lo prohibido.
    
    ―Em… puede ser, pero no quiero ponerte a vos o a tu hermano en una situación incómoda.
    
    ―Nahuel parece estar tomándoselo muy bien ―sonreí tímidamente, no supe qué decir―. Y yo… bueno, también tengo que admitir que esto me está calentando. ―Su concha subió y bajó, humedeciendo aún más toda mi verga―. Te dije que no lo pienses mucho. Seguí chupando.
    
    Y ella lo hizo. Volvió a darle un chupón a mi glande y varias lamidas al clítoris de Gisela.
    
    Me da un poco de miedo que mi hermana termine forzando la situación más allá del límite que Brenda puede tolerar… pero como no sé cuál es dicho límite, no tengo idea de si debería interrumpir el acto o seguir.
    
    Decidí seguir… por pajero. No tengo otra excusa.
    
    Tener a Gisela frotándome la concha de esa manera y a Brenda dándome chupones en la pija cada vez más fuertes, era una situación que no podía, ni quería, evadir.
    
    ―¿No te da vergüenza que tu hermano te vea tan… excitada? ―Preguntó Brenda.
    
    ―En otro momento sí me hubiera dado vergüenza. Ahora no la siento. Lo estoy disfrutando mucho.
    
    ―Ah, ok… entonces está bien. Podemos seguir.
    
    Esa breve conversación fue extraña y de no haber hablado con Macarena y Sabrina acerca de este tema, no la hubiera entendido, la hubiera pasado por alto. Esto fue un testeo. O eso fue lo que me pareció. Brenda intentaba asegurarse de que “Celeste” estuviera al mando de la situación, y no Gisela. Si mi hermana hubiera respondido que estaba muriéndose de la vergüenza, esa sería la respuesta que podríamos esperar de Gisela. Que deje en claro que no siente nada, solo puede significar que…
    
    Los gemidos repentinos de mi hermana me sacaron de mis pensamientos. Ella estaba meneando la cadera a gran velocidad, casi como si estuviéramos cogiendo, solo que la verga no entraba en su concha. Donde sí entraba era en la boca de Brenda. La chica parecía dispuesta a darme una de las mejores mamadas de mi vida.
    
    Por los movimientos de Gisela me dio la impresión que, de seguir en esta posición, pronto pasaría lo que yo no quería que pase. Mi verga, ya fuera por error, o por el accionar de Gisela, se metería en la concha. Por eso tuve que juntar coraje y decir algo que, en otra circunstancias, no me hubiera atrevido a decir.
    
    ―Creo que fue suficiente precalentamiento ―intenté hablar con la mayor determinación posible―. ¿Te parece bien si Brenda y yo pasamos a hacer algo más… interesante?
    
    Gisela se detuvo en seco y me miró fijamente a los ojos, parecía otra persona. De pronto sonrió maternalmente, ahí ...
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