¡La gran batalla sexual! - 2 - Relatos Eróticos

¡La gran batalla sexual! - 2

... permitido que las cosas se salieran de control tan pronto? En un momento estaba atacando a su oponente con hechizos nada ortodoxos y al siguiente, había sentido una imperiosa necesidad de arrancarse la ropa y restregar su coño en la cara de esa rubia oxigenada.

Suspiró avergonzada. Era una suerte que ese fuera un evento underground y por lo tanto casi nadie diría lo que había visto, además de que era una suerte que todavía no se inventaran dispositivos que permitieran grabar y almacenar en una red mundial de computadoras eventos tan vergonzosos como ese.

Pero luego de ese desastroso decidió que ya tenía suficiente de adrenalina en su vida y se resignaría a disfrutar su último año como una colegiala mágica normal. Por desgracia, poco sabía que por ese desliz suyo, de normal ya poco iba a tener su vida.

Algo dentro de ella, en lo que algunos llaman como “la habitación del alma”, algo ocurría: había un invitado no deseado en ese lugar: Amanda Spellman, la prima de Sabrina, se encontraba ahí. Pero no era la verdadera Amanda, era un fragmento de su alma que la traviesa bruja había dejado ahí dentro porque…

—Manipularte durante esa justa de magia fue bastante divertido Hermione, así que… ¿por qué parar solo ahí? Creo que es el momento de llevar tu actuación un poco más allá.

Y diciendo eso, empezó a reacomodar las cosas en la habitación del alma de Hermione lo cual, tuvo un efecto inmediato en la muchacha.

Hermione arqueó la espalda como quien siente un calambre de improviso, pero el calambre no ocurría en alguno de los músculos de la chica, sino en su coño. Sintió cómo su vagina se ponía toda húmeda y sus pezones tan duros que casi le perforaban el bra.

Su calentura era tanta, que sin importarle nada se llevó sus manos debajo de su falda y empezó a acariciar su clítoris. Era una desgracia que algún miembro masculino de Gryffindor no hubiera estado ahí, pues hubiera disfrutado de un espectáculo digno de recordar, de cómo esa sexy castaña se masturbaba y gemía como toda una puta en celo.

Pero luego de varios minutos, dejó de acariciarse el clítoris al darse cuenta de algo: sus dedos no eran suficientes para darse placer, lo que ella quería era que alguien más la masturbara y ¿por qué no? Le comiera el coño. ¿Pero quién? En definitiva no podía ser una de sus compañeras, pese a todo tenía una reputación que cuidar, por eso mismo, tampoco podía elegir a alguien de Hogsmeade. Entonces, la respuesta fue obvia para ella.

* * *

Aun durante las noches, las calles de Londres eran la mar de glamorosas como lo había de esperar de la capital inglesa. Aunque había muchas cosas por ver, el mayor atractivo de la ciudad aunque no quisiera aceptarse, eran sus bares nocturnos donde la gente se reunía a beber unos tragos o a ligar para obtener una noche de pasión. Y esto último es lo que estaba buscando Hermione.

Si alguno de sus compañeros o amigos de la escuela le viera, le sería bastante difícil reconocer a la muchacha, no solo porque ...