¡La gran batalla sexual! - 2 - Relatos Eróticos

¡La gran batalla sexual! - 2

El pasadizo secreto detrás de un cuadro de una señora gorda pegado a una pared se abrió y por este se vio la entrada de una muchacha de largo cabello castaño y un rostro y un cuerpo tan sensuales que algunos no dudaban en comparar con los de Emma Watson.

La sala estaba vacía, por lo que podía elegir el lugar que quisiera para estar a solas con sus pensamientos y efectivamente, eligió uno de los sofás más cercanos al agradable fuego que hacía más llevadera esa tarde de invierno.

Se sentó en los mullidos cojines del sillón y dejó que su adolorida espalda se relajara con la suave sensación de estos y una vez su cuerpo ya estuvo más relajado, se tomó el tiempo para ahora sí empezar a ventilar todo lo que pasaba en su mente.

Habían sido unos meses muy locos. Tan solo hacía poco más de un año junto con su amigo Harry ella y su ahora novio Ron habían derrotado a Lord Voldemort y la paz había regresado al mundo mágico, pero esa era una forma de hablar, pues ahora seguía reparar todos los daños que Voldemort y sus seguidores habían causado. Durante los primeros meses, ella también había ayudad con la reconstrucción de la sociedad mágica, pero al acercarse el inicio del nuevo ciclo escolar en Hogwarts, su manía por las clases y no dejar nada inconcluso la habían puesto muy ansiosa, por suerte Ron, quizá la persona que mejor la comprendía en el mundo, se había dado cuenta de eso y la había instado a regresar a la escuela, terminar su educación mágica (la cual él y Harry ya habían decidido abandonar) y que cuando terminara ese asunto pendiente, ya regresara con ellos, pues estaba seguro que incluso un año después trabajo todavía iba a sobrar.

Hermione lo agradeció y así lo hizo, regresó a Hogwarts para tomar su último año de educación mágica y aunque las primeras semanas fue todo muy idílico para ella, compartiendo por ejemplo dormitorio con su cuñada Ginny, pronto un aburrimiento se apoderó de ella, y no era para menos, pues uno no se pasa siete seguidos corriendo por su vida sin terminar acostumbrándose, pero no había pasado nada: ni el nuevo maestro de artes oscuras parecía estar tramando nada, ni Hagrid había venido con nuevas criaturas locas, ni se lanzaba algún evento inter escolar, ni la escuela era invadida por dementores. Por primera vez estaba viviendo una apacible vida de colegiala, una colegiala mágica, pero aún así tranquila. Y eso le fastidiaba un poco.

Sin dudas necesitaba un poco de adrenalina en su vida, algo que mantuviera las cosas interesantes y que le ayudaran a sentir que la cantidad obscena de datos que almacenaba en su cabeza no se sintieran inútiles, pero nada ocurría o al menos, hasta que ese misterioso mago llamado Charlie Steele se le había aparecido para invitarla a una serie de justas mágicas con reglas algo… “peculiares”. Esa clase de entretenimiento iba en contra de todo lo que ella creía, pero considerando la falta de emoción que había en su vida, había terminado aceptando y… fue desastre total. ¿Cómo había ...