1. Los 25 lametazos antes de metérmela


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... a que mis gritos de placer que envolvían la habitación, de mis pechos moverse como si fueran gelatina a subir y bajar sobre mi cuerpo sin control.
    
    Sus empujones y penetraciones cada vez más fuerte, metiéndomela hasta el fondo de mi vagina hacia que mi cuerpo se desplazase hacia abajo, mi cabeza salirse de la cama, mi pelo soltarse y caer sobre el suelo, veía el mundo del revés, los muebles boca abajo mientras su polla deslizarse dentro de mi vagina con tanta suavidad que de poder ver, habría visto un tsunami de flujo se dirigía hacia ella, un tremendo grito salió de mi garganta, mi espalda se arqueaba que de no estar Marcos sujetándome hubiera caído al suelo, mis piernas temblaban a la vez que su polla estaba siendo arrasada por una ola de fluidos que empezaban a salir de mi vagina por las pequeñas ranuras que dejaba su polla al salir de mi cuerpo.
    
    Un tremendo orgasmo, un delicioso e intenso orgasmo invadió mi cuerpo, mis gemidos no cesaban al igual que los de Marcos que seguía entrando y saliendo de mí con tanta fuerza que parecía partirme en dos, con un grito grave Marcos la metió y apretó su polla entrando tan dentro que rozaba mi cuello uterino y allí empezó a descargar su semen, llenándome toda la vagina con su leche, su polla disparaba con tanta velocidad que directamente parecía inyectarme su esperma en el útero, los gritos se multiplicaron, los gemidos acallaban a los gritos hasta quedar la habitación en un silencio solo quebrado por nuestra respiración y nuestros besos cuando mi cuñado me levanto llevándome al centro de la cama.
    
    Nunca había disfrutado tanto con un hombre, nunca un hombre me había hecho ver las estrellas, nunca vi fuegos artificiales cuando me hacían el amor y mi cuñado esa noche no solo me mostró todas esas cosas en aquel maravilloso polvo, sino en el siguiente y siguiente, eran las cinco de la mañana cuando caíamos sudorosos sobre unas sábanas envueltas en nuestros fluidos y entre ellos el sueño se apoderó de nosotros con nuestros cuerpos enrollados, con mi pierna sobre su cuerpo y mi vagina todavía mojada frotándose con él.
    
    Miraba a mi cuñado todavía dormido con lágrimas en los ojos por lo que habías hecho esa noche, pero con la felicidad de una niña cuando le dan y disfruta de un juguete nuevo, estaba triste y feliz a la vez, triste, pero me quedaba la esperanza de que yo misma me pudiera engañar diciéndome que estaba borracha, feliz por haber tenido una noche como la que disfrutamos Marcos y yo, las manillas del reloj seguían inexorablemente su curso, era hora de levantarse y enfrentarme al mundo, busque mi braga y me fui con ella a ducharme.
    
    Llevaba un rato debajo del agua cuando marcos abrió la puerta.
    
    -Se puede Lara.
    
    -No Marcos, ya no se puede.
    
    -Estás segura Lara.
    
    -Sí, deja que me duche y me vaya a cambiarme.
    
    -Segura Lara.
    
    -Marcos por favor no me hagas esto.
    
    -Hacerte que.
    
    -Esto que estás haciendo.
    
    -El que, te refieres a ¿esto? o a ¿esto?
    
    -Mmm por favor Marcos no, ...
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