1. Los 25 lametazos antes de metérmela


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    La luz de un nuevo día entraba por la ventana, las cortinas abiertas dejaban ver que todavía seguía nevando, un manto blanco cubría todo lo que alcanzaban mis ojos, un paisaje verdaderamente bonito y sin embargo no era una buena noticia, estaba desnuda sobre la cama con mis rodillas apoyadas en mis pechos, tapada por las sábanas blancas y con mis manos tapándome la cara, me lamentaba y pensaba que no había sido una buena idea lo de anoche, a mi lado también desnudo todavía dormido estaba mi cuñado, estaba realmente abatida por lo que habíamos hecho.
    
    Mi cuñado y yo que también es mi jefe, habíamos estado en una feria en Berlín cuando nos pilló aquella tremenda nevada incapacitando que los aviones pudieran despegar y volar, deberíamos haber salido la tarde anterior, pero fue imposible del todo y la compañía aérea nos facilitó unos hoteles para que todos los pasajeros pudiéramos pasar la noche a expensas de viajar al día siguiente, si el tiempo lo permitía claro esta y al día siguiente, exactamente hoy... Posiblemente tampoco íbamos a poder volar por lo que veía.
    
    Marcos se casó con mi hermana hace ya 20 años, yo era una niña de 4 años cuando se casaron, ahora tengo 24 y el 46, desde que terminé los estudios de marketing me contrató para su empresa, Marcos es un hombre bien guapo, con pelo negro y unos ojos azules muy claritos, le gusta mucho cuidarse tanto en lo físico como intelectualmente, realmente mi hermana tiene muchísima suerte de poder compartir su vida con un hombre como él, tienen cuatro hijos uno de ellos casi de mi edad y no paraba de darle vueltas de cómo podía haberme equivocado tanto, el daño que la iba a hacer a mi querida hermana era inimaginable.
    
    Todo empezó la tarde pasada cuando…
    
    “Joder Marcos, me dicen que no vamos a poder volar, nos están preparando un autobús para llevarnos a un hotel aquí junto al aeropuerto y que esperemos noticias, pero que la noche la pasamos aquí seguro”.
    
    “No pasa nada Lara, que se le va a hacer, llamo a tu hermana y me reúno contigo para ir al hotel”.
    
    No tardaron mucho en recogernos y llevarnos a un hotel pequeño, pero con mucho encanto, un edificio antiguo de ladrillo rojo y techos de pizarra muy inclinados en las afueras de la ciudad cerca del aeropuerto, sus puertas y ventanas verdes decoradas con flores blancas y con todo nevado le confería un aspecto muy romántico, al entrar había una gran salón en el que presidía una no menos pequeña chimenea encendida a todo meter y del techo se descolgaba una hermosa lámpara de araña de cristal, en él nos recibieron muy amablemente y una vez repartidas las habitaciones nos invitaron a cenar y a una copa en aquel salón tan bonito y acogedor.
    
    Al principio había mucha gente, pero poco a poco nos fuimos quedando solos, mi cuñado se burlaba de mí por los colores que empezaba a tener, los cuales yo no sabía si eran del calor que hacía en aquel salón o de las copas que llevábamos ya en el cuerpo cada uno, siempre me lleve muy bien con mi cuñado ...
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