1. Los 25 lametazos antes de metérmela


    Fecha: 20/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... unieron a los suyos, mi mano sobre su polla subiéndola y bajándola, mi lengua saboreando su glande, metiéndose con suavidad en mi boca, sus manos sobre mis nalgas y su cabeza levantada hundiéndose en mi vagina con mis labios metidos en su boca lamiéndolos, bebiendo mis fluidos, sus dedos se metían en mi vagina, descargando mil voltios sobre mi cuerpo y parando mi boca para poder gemir del placer, sus dedos no paraban de penetrar en mi interior mientras que mi clítoris era succionado por su boca.
    
    Despacio, muy despacio mis labios se separaban de él y mis manos sobre sus muslos empezaban a deslizarse hacia arriba, sobre sus caderas, sus pechos, mi cuerpo poco a poco se iba poniendo en vertical, me senté a horcajadas sobre su cabeza, con su boca abierta abarcando toda mi vulva pasando su legua de arriba abajo, sus manos cogiéndome de mis caderas, sujetándome para que no me moviera ni un milímetro, mis manos acariciando mi cuerpo, apretándome los pechos, subiendo mi melena y revolviéndola como una loca del placer que estaba sintiendo con sus lametazos, moviendo mis caderas adelante y atrás para que su boca comiera de mi vagina, con mis labios menores metidos en su boca y su lengua haciendo estragos en mi interior.
    
    Notaba como mi vagina empezaba a soltar más flujo del normal, me sentía tremendamente mojada, empecé a sentir como me lamía con toda la lengua desde la vagina, prácticamente saliendo desde dentro de ella hasta mi clítoris, mis labios eran arrastrados por su lengua a su paso, una, dos, hasta 25 lametazos, no podía más, mis gemidos atravesando las paredes, mi piel en un estado que cualquier roce me hacía vibrar, sus manos apretándome bien hacia abajo, estaba a punto de ser asaltada por un placer que haría que mi cuerpo se estremeciese cuando Marcos paro y con un movimiento de sus manos me va empujando despacio hacia delante, hasta tumbarme con mi cabeza al otro lado de la cama.
    
    Marcos me dio la vuelta y metiéndose entre mis piernas, besándome, acariciando mis mejillas fue metiéndome su polla muy despacio, la iba deslizando con tanta suavidad que sentía entrar cada centímetro de su polla, metiéndose hasta la misma raíz, empujándolo un poco más, queriendo meterse más y más, estaba tan mojada que su pene navegaba por mí interior con movimientos suaves y lentos, sintiéndola tan dentro de mi que notaba como su polla recorría aquel canal que era mi vagina encharcada de mis flujos como nunca antes había sentido, nunca había estado tan mojada antes de correrme, los 25 lametazos sobre mi vulva obtuvieron como regalo una vagina totalmente inundada, entraba y salía haciendo que mis gritos sordos se empezaran a vislumbrar en la habitación como gemidos bien audibles.
    
    Marcos paso de estar tumbado sobre mí a ponerse de rodillas, de acariciar mi cuerpo a cogerme de las caderas fuertemente, de la suavidad de sus penetraciones al vigor de sus empujones, de sentirla entrar despacio a sentirla entrar y salir en el mismo segundo, de mis gemidos suaves ...
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