1. Algo que nunca imaginé hacer


    Fecha: 25/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: qeexy_hotmail, Fuente: CuentoRelatos

    ... tanto deseé en ese momento oler, acariciar, chupar, beber, disfrutar... Tanta era su indiferencia que dejé de tener esas fantasías con ella.
    
    Tres o cuatro meses después, llegué a mi casa después de trabajar a eso de las 5 de la tarde y vi que como otras veces estaba el carrito con el hijo de Bea en nuestra casa y su hijo dormidito. Vi la puerta del baño cerrada por lo que imaginé que estaba mi pareja allí.
    
    Fui a la habitación a buscar a mi pareja, dejar las cosas y ponerme más cómodo, pero cuando abrí la puerta de la habitación me encontré a Bea en la cama con las piernas abiertas y masturbándose. Me quedé paralizado, cortado y si saber qué hacer.
    
    Ella también se asustó, cerro las piernas y se encogió avergonzada. Son de esos momentos de ¡tierra trágame! en los que uno no sabe si salir corriendo o quedarse petrificado.
    
    Dado que es la hermana de mi pareja e iba a seguir viéndola muy a menudo mi reacción fue la de intentar normalizar la situación para que ella se sintiera al menos… menos mal. Pensé que tratando la situación como dos personas adultas y entendiendo ambos que todos necesitamos sexo y todos nos masturbamos cuando nos apetece disfrutar, la situación se traduciría simplemente en la vergüenza de cuando ves a alguien sentado en la taza del váter.
    
    Recuerdo lo que le dije como si fuera ayer…:
    
    -“Bea no te preocupes, es una cosa natural, una necesidad básica incluso. Yo también me toco a veces y no hay de que avergonzarse, así que por favor no te sientas mal. Por mi parte está olvidado”
    
    Iba a cerrar la puerta y ella dijo:
    
    -“Espera si realmente quieres que no me sienta mal. Estoy de acuerdo contigo en que es una necesidad y algo natural, pero tú me has visto a mí en esta situación y yo a ti no, por lo que me siento en desventaja frente a ti y cada vez que te vea no podré evitar pensarlo.
    
    -No puedo evitar haberte visto y no sé cómo arreglarlo. No creí que hubiese nadie en mi habitación y no puedo tampoco borrarme la memoria.
    
    - Me da vergüenza decirte esto y quizá aún empeore más las cosas…
    
    -Bea, si hay alguna cosa que te haga sentir mejor, te prometo que lo haré.
    
    -Creo que lo más justo es que yo también te vea masturbarte como tú me viste a mí para que estemos en igualdad de condiciones cuando nos volvamos a ver y ninguno sienta esa desventaja.
    
    -Bea. Dime que necesitas que haga, y lo haré.
    
    Tras decir esto parece que hubo un antes y un después. Ella volvió a tumbarse boca arriba con las piernas abiertas y con un control absoluto de la situación y me dijo con voz firme:
    
    -Quiero que desnudes y te toques lentamente mientras yo te miro.
    
    -¿Y si viene Marisol?
    
    -No te preocupes, acaba de irse a la peluquería y tardará al menos 2 horas. Como comprenderás yo tampoco quiero que nos vea así.
    
    Me desnudé completamente y ella me dijo, “quédate de pie, quiero verte bien” y empezó a tocarse de nuevo mientras me miraba completamente empalmado delante de ella. Yo empecé también a tocarme allí, de pie mirándola. ...
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