La familia Kapusta. Capítulo 1 - Relatos Eróticos

La familia Kapusta. Capítulo 1

... daño

¾¡NO! Y no te metas en mi vida privada, ¿Qué más te da con quien estoy yo? Mira tu padre que bien lo pasa y no te veo quejarte.

¾Ya, pero lo que hace mi madre es diferente… me importas más.

Monika le miró en la luz tenue del aplique del vestidor, aunque era una frase extraña tenía cierta lógica. Ella había sido su mundo, no había pensado en qué pensarían de la separación sus hijos y como les afectaría en el futuro. Parecía que Andrzej sí que lo había pensado.

¾¿Insististe para venir al gimnasio solo para ver que no ligase?—su madre sonreía de forma pícara y quizá con algo de malicia… pero sonreía.

¾No. Fue por otro motivo.

Andrzej miró a la pantalla viendo como en la cama de sus padres, una joven tomaba el puesto de su madre y hacia gozar al hombre que allí yacía. Recordó el motivo, como en un principio lo había hecho para pasar más tiempo con ella, para ser más cercanos y también, porque aquella ropa cada vez le ponía más. Había pensado que sería una época, una simple racha de obsesión con su joven madre, pero aquello había seguido y aún no se había apagado. Volvió la vista a Monika que le esperaba con paciencia para escucharle, ¿Qué le debería decir?

¾Lo hice para pasar más tiempo contigo… para compartir cosas que nos gustasen a los dos y conseguir tener unos lazos que no conseguimos en casa.

¾Vaya… no lo sabía…—le sorprendió la respuesta.

Ambos callaron y siguieron mirando el video que cada vez se iba calentando más, tanto como ellos. Llegó a un punto que el supuesto padre de Andrzej colocó a cuatro patas a la joven y comenzó a propinarle una fuerte penetración… follaban a pelo, eso también le indignó un poco. Los gritos se escucharon a través de la puerta de madera y aunque ninguno lo admitiría, se estaban poniendo cachondos madre e hijo, de hecho Andrzej tenía una empalmada considerable.

¾Esto se está volviendo violento—dijo por lo bajo Monika, sin saber por qué aquello le calentaba tanto, o tal vez sí. La escasez de sexo, la follada y el aroma a testosterona que su hijo emitía por cada uno de sus poros, daban tal resultado en su psique.

Andrzej se pasó la mano por la cabeza quitándose el sudor y en un movimiento más que lógico se sacó la camiseta. Se estaba cociendo como una chuleta a la brasa, allí dentro entre los abrigos y con todo el calor de la tarde harían cerca de cuarenta grados, se estaba asfixiando. La mujer no se resistió a mirar como el torso sudado de su hijo salía a la luz, sus ojos se habían adaptado y se notaba lo definido de su musculatura. Estaba húmedo, con gotas que caían por unos pectorales marcados y unos abdominales duros trabajados estos años. Un repentino escalofrío le recorrió el cuerpo pensando en Pablo. Aquel joven que su hijo pensaba que se estaba beneficiando, para nada tenía el cuerpo de Andrzej. Volvió su vista al móvil, viendo los embates tan salvajes que su marido le propinaba a la muchacha y no hacía muchos años se los daba antes a ella, pero que ahora reservaba para ...