La familia Kapusta. Capítulo 1 - Relatos Eróticos

La familia Kapusta. Capítulo 1

... trasero. Aquellas dos nalgas esculpidas en mármol por el mismo Miguel Ángel le hacían perder el norte, no creía que hubiera uno mejor. No podía comprender como su padre elegía a otras mujeres en vez de a su madre. Era cierto que los años habían pasado y ya no era la misma mujer que en las fotos de su juventud, pero se mantenía bella y pensaba que incluso más atractiva que entonces, ese saber estar que dan la experiencia de la seducción con tan solo el lenguaje corporal. Aunque su padre, por lo que él sabía, había elegido últimamente degustar una fruta más verde, en vez de la madura.

La mujer cogió la mochila del gimnasio que tenía guardada en el amplio vestidor. Se echó un vistazo en el espejo y se vio preciosa. El leggins de diferentes colores le hacía unas piernas perfectas, sumado a que la camiseta deportiva dejaba al aire su vientre plano y daba una preciosa silueta a sus pechos, estaba espectacular. Pensó en Pablo, su joven profesor de fitness. Esperaba que estuviera y le dedicara esas miradas demasiado lascivas, que le encantaban. Era un chico tan joven como su hijo… un par de años más podría ser, un adolescente aún pero como le ponía… cuando la corregía, cuando la tocaba, tenía ganas de acabar con el divorcio para darle un buen viaje para que se le quitase toda la amargura que le generaba su esposo.

La mujer su dio la vuelta después de admirarse y vio a su hijo plantado frente a ella. Le miró de arriba abajo, el rostro del joven tenía una gota de sudor por el calor de verano que le cruzaba un rostro muy serio… Andrzej era un chico muy bien formado, proporcionado y guapo, sobre todo tenía un atractivo que encandilaba a su madre, la sonrisa seductora de pendenciero juvenil.

¾¿Qué?—le dijo con el tono más frío que pudo.

¾¿No vas a dejar de tratarme así nunca?—preguntó realmente enfadado Andrzej.

El calor en esa época era inaguantable y en el vestidor con tanta ropa todo aumentaba de forma exponencial. A Monika le comenzaba a incomodar tanto el calor como la pregunta.

¾¿De qué te quejas si yo te trato bien?

¾Desde hace tiempo eres una borde, una desagradecida y de dar cariño… de eso ni hablamos.—Andrzej soltaba todo lo que tenía retenido desde hace tiempo.

¾Vale, muy bien. Pero ahora no es momento de hablar de esto, va a venir tu padre. Vámonos… aunque de este tipo de trato deberías acostumbrarte, así es la vida.

¾Es que ni siquiera quieres hablarlo con él, te has cerrado en banda desde hace años. No sé qué es lo que te picó y porque cambiaste, pero que asco das últimamente.

¾No me hables así que soy tu madre, niñato.—Monika no dejaba que nadie la hablara mal, menos sus hijos. Alzó su dedo índice amenazante y lo puso al ras de la cara de su hijo.

¾Todo esto lo estás tomando como venganza personal en contra toda la familia, hasta Iwona, que siempre te ha defendido empieza a pensar como yo.

De los dos hijos Iwona era la pequeña, a la que siempre la había apoyado pese a sus malos modos. Sabía que llevaba unos ...