La familia Kapusta. Capítulo 1 - Relatos Eróticos

La familia Kapusta. Capítulo 1

... sabían. Resopló dejando el orgasmo correr y aliviándose porque nadie la hubiera visto caer de esa manera. Lo que no pensó era que después verían a su hijo salir con su polla erecta y llena de fluidos, eso hubiera impactado más.

De pronto Monika notó dos manos que se posaban en su trasero. Su hijo que estaba a punto volvía a la faena y con su madre puesta en una inmejorable postura, no se lo pensó. Lo único que decidió cambiar un poco su estrategia y… eligió otra postura.

¾¡ANDRZEJ!—gritó esta vez Monika al sentir como el glande de su hijo intentaba atravesarle el culo.

¾Tu culo me lo está pidiendo, se abre cada vez que la meto.

¾De eso nada… sigue follándome por el coño, ahí es donde debes correrte.

Monika asió el edredón cuando este metió un poco más su lubricadísima polla. Hacía mucho que no practicaba sexo anal y no le iba a permitir que se lo hiciera su propio hijo y menos con un pollón de ese calibre dentro… estaría una semana sin poder sentarse. Por suerte convenció al muchacho. Apretó los labios y cerró los ojos, notando como cada centímetro la saludaba al pasar. Al cabo de unos segundos que se le hizo tan placentero como dentro del armario, notó que el cuerpo de su hijo topaba con su entrepierna y sus gordos huevos contra sus nalgas, “¡la ha metido toda otra vez!”. Salió y entró, salió y entró… varias fueron las acometidas algo más suaves que las anteriores… ahora se miraban de frente en un semi misionero, con él arrodillado.

Monika las aguantaba con los ojos cerrados unas veces sufriendo esa mezcla de picor y placer que la hacían seguir quieta y disfrutando y otras abiertos observando el vigor de su macho.

¾Ahora, sí que sí… después de esto llama a tu amigo Pablo…

¾Cabrón… acaba ya de una vez… o le llamo… ¡¿Cuánto vas aguantar follándome?! ¡Eres un semental de puta madre, cabronazo!—rogaba sumida en un placer doloroso

Andrzej que iba a terminar, acabó el polvo levantando la mano y bajándola con fuerza sobre las duras nalgas de su madre. El azote hizo que esta se irguiera un poco más encorvando su espalda, lo cual hizo que elevara la cadera y el coño quedase a una altura perfecta para darle unos pollazos duros, tanto que hizo gritar a su madre para que el vecindario lo oyese.

¾Esto, por la tor… torta de antes—dijo Andrzej notando un placer extremo y haciendo que su cuerpo temblara.

¾Sí…dame fuerte cabrón… me lo merezco. ¡Lo siento no debía habértela dado!

Fue lo que dijo Monika al sentir como la esencia de su hijo se derramaba dentro de su cavidad llenándola por completo. El semen caliente la embriagó, haciendo que cuando su hijo sacara su poderoso miembro, le quedara un sentimiento de vacío tremendo. Notó como le llegaba y finalmente salía el primer gran chorro de leche, seguido de un segundo mucho más extenso, grueso y potente que percibió su madre más claramente en el fondo de su útero. La eyaculación se hacía memorable con una interminable convulsión tras otra que rellenaba el cubículo de la ...