1. La familia Kapusta. Capítulo 1


    Fecha: 25/06/2019, Categorías: Incesto Autor: fuego de Hefesto, Fuente: TodoRelatos

    ... minutos de lujuria.
    
    ¾¿Vas a correrte otra vez…?—preguntó Andrzej acercándose a su oreja.
    
    ¾Si pienso en cómo me follan otros, seguro que sí.
    
    ¾Cabrona, eso no te lo crees ni tú… estás gozando del morbo de estar siendo follada por tu propio hijo—sonrió el joven al tiempo que su madre hacia lo mismo.
    
    El sexo se intensificó y la madre no podía sostener más aquello. El golpe de la cadera de Andrzej la hacía acercarse más y más a la puerta, pegándose finalmente contra ella. Estaba contra la espada y la pared, aunque la espada era el pollón de su hijo que la atravesaba sin compasión hasta los mismos ovarios… la follaba a pelo y no se iría a detener hasta correrse dentro de ella.
    
    Notaba la fría puerta de madera contra sus tetas y detrás la espalda de su hijo totalmente sudada mientras se la follaba sin piedad. Una de las manos del joven reptó hasta uno de sus tetas y las agarró con fuerza como antes había hecho con su culo. Monika siseó como una serpiente, a la vez que apretaba sus dientes queriendo contenerse. El orgasmo estaba allí, había llegado de nuevo… “El tercero, mi hijo es un dios del folleteo ¡joder menudo macho semental!” pensaba mientras comenzaba a sollozar en un volumen audible para quien quisiera escuchar, “¡Como se había dado cuenta antes de lo que tenía en casa!” No solo por lo de su esposo, sino por su hijo, probablemente quien más la amaba.
    
    ¾Me voy a correr—escuchó como le decía su hijo—Estoy a punto… ya, ya llega.
    
    ¾Eso es…córrete dentro de tu madre… me encanta la leche… dame duro.
    
    Monika sintió aún más fuerza si es que aquello era posible. Chocaba su cuerpo contra la puerta mientras el sonido parecía retumbar la casa. Notó como el orgasmo llegaba y comenzaba a chapotear la polla de su hijo cada vez que entraba a tope sin dejar un centímetro fuera y los huevos azotando como una bola de derribo. El placer era inmenso tanto que deseaba parar para que su vagina palpitara tranquila, pero no quería… su hijo aún no estaba. Sin embargo algo sucedió. Con tales entradas y tales golpes a la puerta, el pequeño pestillo que casi era más adorno que útil, saltó y con ello, la puerta se abrió.
    
    Monika salió trastabillada por el susto, ya no tenía apoyo y sus manos lo buscaban mientras su vagina seguía corriéndose. Tropezó en unos torpes pasos al no sentir apenas las piernas, solo le salvaba la buena sujeción de sus zapatillas. Acabó de rodillas golpeándose contra la cama, con medio cuerpo tumbado sobre esta. Levantó la mirada esperando una cara de sorpresa, odio, asco y demás sensaciones que no quería ver y mucho menos mientras se estaba corriendo. Sus ojos lograron abrirse algo a la par que perdían visión mientras el orgasmo la absorbía por completo. Consiguió enfocar mientras sus labios temblaban de placer y lo que vio fue… Nada. Allí ya no había nadie, la cama estaba hecha y la pareja se había marchado hacia un rato. Miró a los lados para cerciorarse, no había nadie. “¿Cuánto tiempo llevaban allí dentro follando?” No lo ...
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