1. LEYENDO EL DIARIO DE PIRUCHA. (III) En la prisión… y después de…


    Fecha: 07/02/2022, Categorías: Dominación / BDSM Fetichismo Gays Autor: Ruizy, Fuente: SexoSinTabues30

    ... convertido en la recámara de un burdel elegante. Sobre el amplio lecho, prendas de lencería fina y elementos de maquillaje. -¡Prepárate, puta! Que tienes suerte hoy porque tendrás tu merecido. Entre risotadas, cerraron la puerta. Me dispuse a transformarme en la hembra desafiante y lasciva que me gusta ser para los machos que enloquecen y me dan con fuerza y vigor su masculinidad.
    
    Una media hora después, entraron dos robustos enmascarados ataviados con correas de cuero. Me cogieron en vilo y me esposaron a la cama. Mis pies fueron amarrados a los pilotes. Quedé inmovilizada boca abajo en actitud de entrega, mi culo apuntaba hacia los visitantes.
    
    Sentí que se abría de nuevo la puerta. Una voz estentórea ordenó: – ¡Azótenla! Los dos guardias acataron de inmediato y empecé a recibir azotes alternados en mi espalda y en mis nalgas. El dolor se hizo sentir en los primeros latigazos, después entré en una suerte de hipnosis que se produce cuando el umbral del dolor se ha traspasado. -¡Está bien! Prepárenla ahora… Cada guardia procedió a encularme sin miramientos. Sentí sus brutales penetraciones abrir los dos esfínteres y luego me introdujeron una cánula y procedieron a llenarme de líquido hasta que no pude resistir más y exploté… -¡Otra más! De nuevo… Dos , tres veces la misma operación. -¡Está limpia! Dijo uno de los guardias. Mientras procedían a lavarme. Me desataron, pero me vendaron los ojos y no pude ver quién era el amo.
    
    Sentí que me vestían con las prendas que había escogido. Luego sentí la orden de que se retiraran y nos dejaran solos. Unas manos poderosas me hicieron arrodillarme. Me abrieron la boca. Un ariete descomunal intentando llegar a mi garganta, pero su gigantesca anatomía lo impedía. Sentía que era una parte la que tenía en mi boca acostumbrada a mamar vergas. Un toro atascado en el pozo sin poder entrar ni salir. -¡Mama, puta! Hazlo bien o te azotarán hasta sangrar! No necesité la repetición de la orden. Como pude intenté tragarme esa mole. Salivé lo más que pude y logré introducir una par de pulgadas más, para luego sacarla y volverla a meter.
    
    -¡Bien, puta, se ve que eres la mejor! Nunca me había mamado así… Sentí dos borbotones de espesa materia gelatinosa, dulzona y algo ácida. No me desagradó el sabor. No pude tragar todo. Descendió por las comisuras y me mojó el pecho. Siento que una lengua me pasa por los lugares en que ha caído la carga seminal. Unos brazos potentes me ponen en plancha culo arriba. Siento que me desprenden la tanga de un tirón. La lengua humedecida en saliva y jugo viril hacen un espléndido trabajo en mi raja que se abre como la boca de un bebé que busca el pezón de la nodriza. Sólo que éste no es suave ni maternal, sino duro, descomunal y violento… Me afirma las caderas y procede a introducirlo de una. A pesar de toda mi experiencia, sólo llega hasta la mitad. Los pliegues de mi culo están abiertos y distendidos como si fueran a rasgarse en cualquier momento. No creo haber alcanzado tal ...