1. Entre vagabundos


    Fecha: 23/06/2019, Categorías: No Consentido Autor: Jane Cassey Mourin, Fuente: TodoRelatos

    ... Víctor, y en un instante todos dieron varios pasos atrás, pues sabían que la mujer que en aquel momento seguía gimiendo enloquecida, era justamente la mujer del tipo que había golpeado a su amigo, alguien con quien no era buena idea tener problemas, algo que todos sabían de sobra. Un tipo jaló de la ropa del hombre que se estaba cogiendo a Samanta en ese momento.
    
    - Espera tu turno, todavía no me vengo - dijo el antes mencionado, hasta que giró la cabeza y miró de frente a Víctor. No tuvieron que decirle nada más para que se apartara y torpemente se acomodara la ropa, sin dejar de caminar mientras se alejaba de ahí en compañía de los demás.
    
    Fueron solamente algunos segundos los que transcurrieron hasta que en el lugar solamente quedaron Víctor, su hermano y Samanta, quien en ese momento se metía los dedos en la vagina, extrayendo el semen que le habían dejado varios hombres para llevárselo a la boca y chuparlo con vicio. Él la miró por un momento y negó con la cabeza en un gesto que expresaba toda la tristeza que sentía, un sentimiento que hacía mucho no experimentaba y que en ese momento lo destruía al saber que su propio hermano también había contribuido para provocarlo.
    
    Fue después de mirar tan repugnante escena, cuando el muchacho regresó la vista a su hermano menor, sintiendo una profunda decepción, dejándose embargar por el odio que le provocaba la traición de la persona de quien se había hecho cargo, a quien le pagaba todo, quien logró tener estudios y un departamento gracias a la bondad de su hermano mayor.
    
    - Voy a dejar que te lleves al auto por hoy, pero mañana lo quiero a primera hora en mi casa, y dale gracias al dios en el que creas porque ya pagué tu universidad por completo, porque si no lo hubiera hecho ya te habrías quedado sin estudios también.
    
    - Hermano yo… - un nuevo golpe en el rostro calló al chico, quien se retorcía de dolor en el suelo y no tuvo el valor de levantarse; Víctor miraba a su novia, con las piernas abiertas, sin bragas, con las tetas fuera de su vestido, enrojecidas por las mordidas de los hombres que ya la habían poseído.
    
    - Mañana, a primera hora, si tengo que ir por él te voy a partir la madre - dijo Víctor sin mirar a su hermano, mientras se acercaba a Samanta y la tomaba en sus brazos.
    
    - ¡Ay! A ti no te quería ver todavía, faltaban muchos chicos - dijo la chica, completamente dominada por la mezcla de alcohol y drogas que navegaban en su cuerpo.
    
    Con paciencia e inmerecido cuidado, Víctor la llevó en brazos hasta su auto y la metió en el asiento trasero, para luego echar una última mirada a su hermano, quien tirado en el suelo lloraba, sabiendo que su vida se haría mierda sin su hermano, arrepentido por la estupidez que acababa de cometer. Maldito cobarde, pensó Víctor al mirar la patética estampa de ese maldito desagradecido.
    
    Víctor se colocó en el asiento del piloto y echó a andar su auto, desechando por completo la idea de internar a Samanta en un centro de rehabilitación, pues ...
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