1. La historia de Ángel, solo era un muchacho (10)


    Fecha: 19/06/2019, Categorías: Gays Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... al entran hasta el fondo de mi boca y por la falta de aire al estar debajo del agua, más que un placer resultaba una tortura, pero una agradable tortura sin duda porque me gustaba.
    
    Cuando por fin me dejó fue para cogerme y montarme sobre él a horcajadas, me besaba la boca y notaba la erección dura de su pene en la entrada de mi culo, apretó hasta introducir la cabeza, gemí pero no de dolor, mi culo se había abierto dejándole entrar sin mayor problema, me sujetó por la cintura y su pene entro más en mi culo, se fue poniendo de pie, conmigo a la vez abrazándome con un solo brazo, pegado a su pecho y con mis piernas enroscadas en su cintura.
    
    Salió del yacuzzi y llegó hasta una camilla donde me dejó sentado, pero sin sacar la verga de mi ano.
    
    -Aquí estaremos mejor para cogerte con gusto, podremos movernos con más libertad. -tiró de mis piernas haciéndome caer de espaldas y me las colocó sobre sus hombros, la camilla se bajo adaptándose a su altura y la verga, que antes no había entrado, me la metió de golpe.
    
    Gemía sin poderme contener, el placer era mayúsculo, no sentía ningún dolor, el afrodisiaco que me hicieron beber ampliaba el sentimiento de placer que la verga de aquel hombre me producía entrando en mi cuerpo.
    
    -¡Oh! ¡Oh! ¡Oh!, más, mas, por favor. -el hombre se reía y se inclinó para chuparme los labios y tirar de ellos con los dientes, su barbilla llena de pelos acariciaba la mía.
    
    -Mira como le gusta al putito la verga de un macho jodiéndole el culito. -entraba con fiereza en mi culo y me daba mucho gusto, me sujeté arañando la sábana de la camilla y grité subiendo la pelvis, formando un arco con mi espalda apoyada sobre la dura superficie, cerré los ojos al sentir una mano que me ayudaba a terminar, pajeándome con fuerza la polla, y no era la de aquel hombre que se sujetaba fuertemente a mis caderas impidiendo que escapara.
    
    Caí sobre la madera sintiendo los golpes de leche que expulsaba de mi verga, y escuché el golpe seco del rebote de mi cuerpo al golpearse, en ese momento el hombre tiró de mis piernas clavándose más en mi cuerpo, y se quedó un instante quieto empujando mientras se vaciaba los huevos dentro de mi culo. Salió un fuerte gruñido de su garganta y pensé que me arrancaría las piernas de lo fuere que tiraba de mi.
    
    -¡Ahhhgg! Qué bueno, pero que gran polvo. -comenzó a moverse de nuevo cuando yo aún temblaba con mis últimos y ya suaves espasmos. Me retiró las piernas de los hombros y casi con violencia sacó la verga de mi cuerpo y dejó mis piernas colgando fuera de la camilla.
    
    -Pruébalo Juan, es una carne exquisita. - soltó una áspera carcajada y sin llegar a abrir los ojos sentía al otro hombre respirando fuerte, volviendo a levantarme las piernas que me pesaban. Sentí un fuerte estremecimiento al colocar su boca en mi ano para aspirar la leche de su compañero y que yo iba expulsando.
    
    -Es un culo delicioso y sabe mejor envuelto en tu semen. -escuchaba al hombre de la perilla reír y alguna otra más, no ...
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