Llámame J
Fecha: 16/06/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... cogió la polla y la frotó alrededor de su ojete. La polla soltaba aguadilla y fue mojando el ojete. La primera vez que quiso meterla, metió a mitad de la cabeza y la quitó. Siguió frotando en la entrada del ojete, a la segunda vez metió casi toda la cabeza y a la tercera entró.
-¡Ya está! ¡Joder cómo me llena el culo!
Hizo cómo con la polla, la metió milímetro a milímetro... Iba por la mitad cuando el maduro se corrió dentro de su culo. La debió excitar porque empujó y empujó hasta que la metió hasta el fondo. Luego, con los ojos llorosos, le preguntó:
-¿Quién es una cobardica?
-Lo que eres es una fiera.
Estuvo largo rato con la polla dentro del culo besando al maduro. Después comenzó a follarlo, muy, muy despacito... Jugo lechoso iba saliendo de su coño gota a gota... Más tarde ya lo follaba con normalidad, y cuando apuró y el maduro se volvió a correr dentro de su culo, se corrió ella. Tuvo un orgasmo anal brutal. Tanto placer sintió que se desmayó. Al volver a abrir los ojos y ver al maduro vestido, le preguntó:
-¡¿Cómo te soltaste?!
-Práctica.
-¿Cuánto tiempo llevo dormida?
-Algo más de una hora.
-¿Qué hora es?
-Va camino de las dos.
Se levantó cómo si tuviera un muelle en su lindo culo.
-Tengo que volver al hotel o me va a matar.
-¿Quién?
El maduro le quiso dar cuatro billetes de 50 euros.
-Guárdalos, no soy una puta.
-Cómo quieras. ¿Quién dices que te va a matar?
No se lo dijo, calzando un zapato, le respondió:
-Bueno, a lo mejor algo de puta tengo.
La profesora no la mató, ni ella matara a polvos al maduro, pero pasara una mañana que nunca iba a olvidar.
J Y EL PADRE DE SU AMIGA
J estaba sola en casa aburrida en su habitación, sentada sobre la cama ojeaba una revista de famosos. Vestía unas bragas azules y una camiseta del mismo color, con las yemas del dedo pulgar y medio jugó con el pezón de su teta izquierda. Se quitó la camiseta y con las yemas de dos dedos de cada mano jugó con los dos pezones, se acostó sobre la almohada, metió la mano derecha dentro de las bragas y acarició su coño, con los dos dedos de la otra mano seguía jugando con el pezón erecto de su teta izquierda. Su respiración se fue acelerando a medida que aumentaba la velocidad del roce de sus dedos con su clítoris. Quitó las bragas. J se había dejado crecer los pelos que rodeaban su coño y tenía una buena mata. Con un solo dedo rozaba los labios, subía hasta el clítoris y hacía movimientos circulares sobre él. De su coño comenzaron a salir jugos blanquecinos y espesos muy lentamente que iban bajando y le mojaban el ojete. Metió dos dedos dentro del coño y lo masturbó un par de minutos, luego los sacó y los volvió a meter para seguir masturbándose. Sus gemidos ya eran ostensibles. Poco después quitaba los dedos, los volvía a meter en la boca y los chupó... Abrió el cajón de la mesita de noche y cogió un vibrador de plástico de color verde. Lo llevó a la boca y lo lamió y chupo. Después lo encendió y jugó ...