1. Desvirgado por el padre y tío de su amigo IX.


    Fecha: 16/06/2019, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    ... siendo follado allí pudiendo ver la gente paseando por la calle, lo que menos me imaginaba, es más que ser follado, iba a ser torturado, placenteramente, sí, pero al fin y al cabo aquello no dejaba de ser una tortura, sobre todo con lo caliente y excitado que yo estaba.
    
    Así que ya me tuvo esposado a la barandilla, empezó a meterme mano, me besaba y mordía la nuca mientras me iba acariciando con sus manos. Una vez llegó a mi escuálida cintura, mientras acariciaba los cachetes de mi culo y me iba diciendo obscenidades, sacó por fin el hilo dental que tapaban mis genitales los cuales seguían enjaulados en aquella jaula de castidad la cual yo consideraba más una jaula de castigo que otra cosa, a la que culpaba de mi estado de calentura y excitación que estaba padeciendo permanentemente.
    
    Cuando me liberó del hilo dental, aprovecho y me colocó sujetadas a las tobilleras, la barra de separación, dejándome de esa manera sin poder cerrar las piernas. Nada más colocarme dicha barra, pasó su mano por el canal de mi adolescente culo, palpó mis genitales comprobando si la jaula donde estaban encerrados mis genitales y polla estaba bien y no me molestaba, cosa que me hizo estremecer y que encogiera mi cuerpo, para acto seguido buscar con sus dedos la entrada de mi adolescente y sonrosado ano, el cual estaba que me ardía por la calentura que tenía encima.
    
    Palpó mi fruncido esfínter, luego llevó sus dedos a mi boca para que los mojara con mi saliva, los volvió a pasar, pero esta vez presionó hasta que primero se coló uno de sus dedos, para acto seguido introducirme un segundo dedo, haciendo que mi cuerpo se irguiera a la vez que soltaba un gemido de placer.
    
    ¡Ohhh! ¡ooohhh! Gemí al notar como entraba el primer dedo, ¡ooohhh! ¡ooohhh ohhh! Volví a gimotear a la vez que suspiraba de placer notando como entraba su segundo dedo y los metía a fondo, mientras me mordisqueaba los lóbulos de la oreja susurrándome:
    
    Así mariconcito así, ¿te gusta, eh?
    
    ¿Es lo que estabas deseando, eh maricón?
    
    Pues no te preocupes, cachorrito que ahora vamos a probar los juguetitos que aún no hemos estrenado y vamos a aliviar esa picazón que sientes en este culito tan caliente y sexi que tienes. Me susurraba al oído mordiéndome la oreja y cuello mientras introducía sus dedos en lo más profundo de mis entrañas e iba haciendo que mi culo se fuese abriendo y dilatando cada vez más.
    
    En esos momentos fue cuando me empecé a dar cuenta de los propósitos que Mario tenía pensado. Estaba claro que iba a probar aquellos consoladores que había visto el primer día, ufff, resoplé a la vez que me estremecía cuando me vino la imagen de aquel enorme consolador, joder aquello era más grueso que su verga y más grande que la de Oscar, cuando consiguiera meterme aquello por el culo, me iba a dejar tan pero que tan abierto que luego seguro que le iba entrar la mano sin mayores problemas. Justo en ese momento fue cuando supe que era aquello lo que pretendía hacerme. El muy cabrón iba a ...
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