1. Desvirgado por el padre y tío de su amigo IX.


    Fecha: 16/06/2019, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    ... empezase a desnudar y me hiciese suyo.
    
    El viendo lo desesperado que estaba, abrazándome a él, empezó a acariciarme en espera de que llegase el ascensor a la última planta.
    
    Cuando llegamos, ya Mario empezaba a aflojarme el cinturón, me lo iba desabrochando cuando salíamos del ascensor y íbamos hacia la puerta del apartamento. Cuando esta se dio abierto por fin, ya Mario me había desabrochado el cinturón y me había sacado la camiseta que llevaba puesta.
    
    Abrazándome por la espalda a la vez que mordía mi nuca y cuello, me fue empujando hacia adentro, hasta que por fin pudo cerrar la puerta y soltando los paquetes que traía, me fue llevando a su dormitorio mientras me iba quitando la ropa a la vez que me iba metiendo mano.
    
    Yo caliente como estaba, me dejaba llevar, quería que me follase y sabía que ahora sí, ahora iba a ser follado. Lo que realmente no sabía ni siquiera lo había sospechado, era lo que el perverso de Mario tenía pensado hacerme, antes de darme por el culo y dejarme preñado con su semen.
    
    Cuando llegamos a su dormitorio, ya Mario me tenía prácticamente desnudo, había ido dejando mi ropa por todo el apartamento, tan solo le faltaba por quitarme el hilo dental, pero yo sabía que aquello sería lo último que me quitase, incluso era capaz de darme por el culo sin siquiera quitarme el hilo dental, tan solo tenía que apartar la delgadita tira que subía por los cachetes de mi culo y ya tendría mi agujerito a su entera disposición.
    
    Mientras me seguía acariciando, cogió las muñequeras que en esta ocasión iban a hacer de esposas, me las colocó haciendo luego lo mismo con las tobilleras. Luego fue en busca de las pinzas cosa que era lo que menos me gustaba, me las colocó ajustándolas bien sobre mis pequeños y excitados pezones, no sin que yo le protestase, diciéndole que no me gustaban mucho, que me dejaba muy doloridos los pezones, pero Mario sin atender a mis quejas, mientras me comía los labios me colocó las pinzas diciéndome que no me preocupara, que esta vez no iba a ajustarlas tanto, que luego si me molestaban mucho, me las quitaría, y de esa manera terminé obedeciéndole y dejé que me colocase aquellas pinzas sobre mis pequeños pezones.
    
    Una vez ya me tuvo colocadas las pinzas, quedó pensando unos segundos en si ponerme el antifaz que tapaba mis ojos, pero al momento desecho la idea y cogiendo la bolsa que contenían los demás juguetes sexuales, me rodeó con su brazo por la cintura, llevándome hacia la sala.
    
    Cuando llegamos a la sala, pensando yo que era allí donde me iba a empezar a dar por el culo, Mario abrió la puerta que daba a la terraza, salimos a ella, pues hacía un día de sol espléndido y ya empezaba a hacer bastante calor. Me llevó hasta el borde de esta, y allí a la barandilla que rodeaba la terraza,
    
    Me esposó las manos, quedándome allí sujeto, viendo la calle y enormes vistas que desde allí se podía contemplar.
    
    No me importaba que me follara allí, es más hasta me gustaba y sentía algo de morbo estar ...
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