1. Desvirgado por el padre y tío de su amigo IX.


    Fecha: 16/06/2019, Categorías: Gays Autor: Danisampedro91, Fuente: SexoSinTabues30

    ... culito, aún me ponían más cachondo, deseaba frotarme contra la polla de Mario o la de cualquiera, solo deseaba que me encularan y me hicieran correr de gusto.
    
    Cuando Mario apretó los cachetes de mi culo y me lo manoseo, no solté un gritito de placer de pura casualidad, cosa que Mario se percató, pues no solo pudo escuchar el suspiro que di, sino que además pudo comprobar como yo me arrimaba a él deseando restregarme a él.
    
    ¿Que cachorrillo, andas caliente eh?
    
    Tienes un culito muy caliente y vicioso, pero no te preocupes que cuando lleguemos a casa te aliviaremos un poco esa calentura, vamos a darle un buen tratamiento a este caliente y sexi culito que tienes, me decía apretando de nuevo los cachetes de mi adolescente culo.
    
    Cuando nos montamos en el auto para volver a casa, mientras yo trataba de ponerme el cinturón de seguridad, Mario aprovecho a meterme mano, sabía que yo andaba excitado y caliente como una perra en celo, ya lo había podido notar cuando veníamos para el auto, cuando me apretó los cachetes del culo, el suspiro que había dado no le había pasado desapercibido, cosa que además de gustarle, también lo había puesto caliente a él, por lo que nada más montarnos en el auto, empezó a meterme mano abrazándome a él. Ahí nadie nos vería, pues el automóvil tenía las lunas tintadas. Al sentir como me abrazaba a él metiéndome mano y como llevaba su boca a mi cuello, me hizo estremecer, una por el susto ya que no esperaba aquella reacción de Mario, y otra por lo caliente y excitado que estaba. Nada más sentir sus dientes mordiendo mi cuello, solté un gemido a la vez que soltaba el cinturón de seguridad. Viendo como me abrazaba a él y como empezaba a meterme mano, desesperado busqué su boca con la mía, empezando a morderle los labios a la vez que me echaba sobre su asiento.
    
    Dios, mordía y saboreaba aquella boca como si estuviera poseído, era tanta la calentura que cada vez estaba más desesperado. Excitado como estaba, mientras le comía la boca notando como él acariciaba y apretaba los cachetes de mi culo, empecé a tratar de buscar con mi mano la gorda polla de Mario, quería tocarla y sacársela para que me follara allí mismo. En aquellos momentos nada me importaba, solo deseaba sacarle la polla y que me poseyera, mi culo la necesitaba y estaba dispuesto a todo con tal de ser follado y que me calmara aquella picazón que sentía cada vez con mayor desesperación.
    
    Pero Mario no perdió la cordura, sabiendo que allí no era el lugar donde darme lo que tanto estaba necesitando, poniéndome de nuevo sobre mi asiento, empezó a calmarme:
    
    Nando, vamos a comportarnos, aquí no puede ser, vamos a aguantar hasta llegar a casa, aquí es peligroso y además no estaríamos muy cómodos.
    
    Mirándolo con lascivia y deseando que no parara, yo seguía con mis manos tratando de sacarle la polla, pero Mario no cedió, sacando mis manos de su paquete, las puso sobre mi regazo a la vez que me daba un pequeño beso en los labios.
    
    Tranquilo cachorrito, no ...
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