Lo difícil de la adolescencia – 1ra parte - Relatos Eróticos

Lo difícil de la adolescencia – 1ra parte

... pregunta?

Pamela:Era la temática de los videos que seleccionaba en el Smart TV, a lo que le asentí con la cabeza; fue cuando entonces me tomó por la nuca y me direccionó hacia su miembro.

Liluska:¡No te puedo creer! ¿Tuvieron relaciones?

En ese momento, Pamela se sonrojó y me afirmó con la cabeza, continuando con el relato.

Pamela:Al observarlo, nuevamente me dio el déjà vu y comencé a mamársela, mientras él tomaba el comando del vibrador. No pasó mucho tiempo que experimenté un orgasmo, y él descargó todo su semen en mi boca.

Liluska:¡Guau! ¿Terminó ahí?

Pamela:No. Estábamos extasiados por lo que acaba de suceder, me tomó de la mano y nos dirigimos a mi habitación; y allí tuvimos sexo de forma desenfrenada, por un largo tiempo.

Liluska:¡Ay Pamela! Con razón estás tan preocupada.

Pamela:Imagínate. A partir de esa noche, dormimos juntos y lo hacemos casi todas las noches; y cuando no, lo hacemos cuando nos despertamos. Estoy viviendo un idilio; pero, esto no es lo que me inquieta.

Liluska:¿No? ¿Qué otra cosa te puede inquietar?

Pamela:Resulta que siempre vemos pornografía de dos hombres con una mujer, y resulta que compartimos la misma fantasía; y en estos días, él me dice que podríamos llevarla a cabo, porque tiene uno de sus compañeros que viene a casa a estudiar de vez en cuando, y que está loco por mí.

Liluska:¡No te puedo creer! ¿Le contó esto a sus compañeros?

Pamela:Yo reaccioné igual, espantada; pero, me aclaró que no, lo mantenía en secreto; aunque se había dado cuenta que este compañero me observaba cada vez que viene a casa; y él asegura que debe estar masturbándose como loco, pensando en mí.

Liluska:¡Mujer! No es para menos estar perturbada. ¿Qué piensas hacer?

Pamela:Por esto te digo que me manipula. Me indica que me vista como una puta. Hace guiones de situaciones para conducir y que ocurra el trío. Él me afirma y aprovecha cuando vemos videos de tríos, para tentarme con una experiencia superadora.

A todo esto, se había hecho tardísimo, y yo debía regresar a casa; sumándole que sus palabras a pesar del morbo, me habían excitado.

Así que la interrumpí a Pamela; pero, prometiéndole que continuaríamos. Creo que le hacía bien que la escuchara.

Cuando llegué a casa, no sabía que hacer, si masturbarme o esperar a mi marido para tener sexo.

CONTINUARÁ...