1. Y todo a raíz de un empujón


    Fecha: 15/06/2019, Categorías: Gays Autor: Jhosua, Fuente: TodoRelatos

    ... seguía mojado por las copas de antes. Comentario que me soltó...
    
    Y tras hacerme ver este gesto, continuo con su conversación, comentarios que tomo otros modos, pues no dejo de tirarme piropos y otras clases de elogios, al menos hasta que llegamos. Una vez en su casa, recuerdo que volvió a invitarme a una copa, bebida que me dio al tiempo que me pidió que comenzara sin él. Pues recuerdo, como apareció a los pocos minutos, informándome que en tal dormitorio había dejado unas prendas que ponerme, prendas que no había encontrado nada más que se ajustara a mi talla.
    
    Y que recuerdo... y esto con bastante claridad, pues tras ver las prendas, acabe por encabronarme con este individuo, ya que estas ropas por muy increíble que el muy ‘H. de P.’ parezca, acabo por ponerme prendas pertenecientes a chicas. Prendas que este me explico que eran perteneciente a unas ‘amigas’, chicas que se la habían dejado en su casa de otras ocasiones.
    
    Y que, tras su explicación, no me quedo otra que colocarme parte de estas, pues tuve que darle mis ropas para que las pusiera a secar, quizás no fuera pertinente habérmelas puesto. Pero lo cierto es que no me quedaba otra, eso o porque algo de dentro de mí, me hacía sentirme muy morboso y caliente. Y ese momento, esté acabo por insistirme con decisión, diciéndome...
    
    Y aunque en cierta forma y manera tenía razón, pedí que me las diera, pero quizás el viera pertinente, me indico nuevamente que me fuera al dormitorio y que me desvistiera, pidiéndome nuevamente mis prendas. Cosa que me desnude, y con la puerta entornada acabe por darle mi camisa y mi pantalón, prendas que esté rudamente me insistió que se las diera toda, pues el resto estarían sucias y olerían mal.
    
    Explicación lógica, y muy a regañadamente, no me quedo otra que desnudarme, y darle el resto, sabiendo de sobra que nadie me vería, y que como testigo tendría a este perfecto desconocido. Y que cuando le di mis últimas prendas, esté le dio por pasarme mi cubata, como si fuera un intercambio justo. Cubata de whisky con ron que me dio la sensación que estaba más cargado, y que, tras los dos primeros sorbos, no solo asentí que estaba más cargado, sino que sabía de una forma diferente. Bebida que me ayudo a ponerme esas prendas, eso o sería esa extraña excitación, pues estaba caliente por el mismo morbo de ese ambiente creado... uuummm!!.
    
    Y volver a la realidad, cuando en minutos, aquel individuo volvió a insistirme en que me colocara aquellas prendas, mientras que no dejaba de elogiarme pícaramente, no dejo de animarme, y seducirme verbalmente. Y que me hace pensar en él, dándome cuenta que son del tipo de hombres de los que me atraen, aunque lo cierto es que ni me lo había planteado.
    
    Y me doy cuenta que esté maduro, canoso de cabellos y barba, tendría al menos los cincuenta y pocos años, alto de metro casi noventa centímetros, corpulento... todo un macizorró. Cuyo cierto atractivo... no dejaba en verdad de ponerme, y que ese tono de voz tan varonil, cuyo ...