1. CÓMO LLEGO A MI VIDA CAMILITA


    Fecha: 14/06/2019, Categorías: Incesto Autor: salvechia, Fuente: SexoSinTabues30

    ... su puchita indicándome que necesitaba más fuerza, entonces no tuve ningún cuidado y la froté su clítoris como si fuera una mujer adulta. Combinaba los movimientos tocando sus labios y metiéndolos en su rajita. Ella, cuando sintió que mi dedo entraba, lo presionó con más fuerza contra su sexo, queriendo que lo metiera más profundo, así lo hice. Le metía el dedo por su puchita y le frotaba su pequeño clítoris lo más rápido y fuerte que podía. Estaba escurriendo y gimiendo cada vez más fuerte. En cierto momento sus dos manos estaba en la mía y presionó mi dedo para que lo metiera más profundo, así lo hice, lo metí lo más adentro que pude y lo moví en círculos. Encontré su punto G, y lo frote lo más rápido que pude, ella dio un pequeño grito y cayó rendida. Yo me paré, la vi, ella estaba extasiada, me sonrió se volteó y quedó dormida. De allí en adelante ella buscaba cualquier oportunidad para que yo la masturbara, seguimos haciéndolo durante casi un año.
    
    Su madre tenía que ir a un curso lejos y estuve solo con ella una noche. Yo estaba viendo la televisión en mi recámara y ella llegó en su batida de dormir, pero sin ropa interior. Se subió en mi pene rápidamente, yo estaba desnudo, pues la estaba esperando a que viniera, pero tenía las sabanas cubriéndome de la cintura hacia abajo. Acomodó su puchita en mi pene y se empezó a mover y yo también. Después de un rato se bajó me sonrió y bajó su cabecita a mi pene. Lo empezó a tocar sobre las sábanas, ya mojadas. Sus manitas frotaban mi pene suavemente de arriba a abajo mientras me miraba y sonreía, sus deditos llegaban a la punta y lo presionaban, luego acerco sus labios e hizo lo mismo con ellos, pero no los abría. Yo estaba super excitado, con una gran erección y a punto de correrme. Luego ella quitó la sábana y vio mi pene grande y caliente, me volteó a ver y me sonrió, agarró mi pene de forma completa con sus manitas y empezó a moverlas de arriba a abajo. No pude más y me corrí. Ella se rió, se acostó de espaldas sobre mí y puso mi mano en su rayita para que la empezara a masturbar. Lo hice fuerte, como a ella le gustaba; se retorcía de placer y una de sus manos frotaba mi pene de donde podía. Yo ya no podía con la excitación, la bajé de mi, me hinqué frente a ella le subí la batita, y vi en todo su esplendor su maravillosa puchita. Era un duraznito rozado, sus labios eran muy delgados y por la excitación se veía su pequeña abertura coronada por un sobresaliente clítoris que parecía reventar. Me frote mi verga, pues estaba aún grande y caliente. Pensé en frotarlo contra su pequeños labios y clítoris pero me detuve, pues no quería penetrarla o trasmitirle alguna enfermedad. Sin embargo, acerqué mi boca y poco a poco con mi lengua empecé a probar su jugoso néctar. La punta de mi lengua recorría suavemente todos sus labios, salía de su entrepierna y recorría con toda mi lengua sus piernitas, su barriguita y los espacios entre las piernas. Ella estaba con los ojos cerrados y sus manitas contra mi ...