Un paseo a la alberca - Relatos Eróticos

Un paseo a la alberca

... su boca, cuando termine ella me sonrió.

-Está bien pónmelo- y con una mirada coqueta se bajó su short, yo me arrodille y contemple su coño, estaba limpio, se acababa de duchar, olía bien, tenía unos cuantos vellitos rubios alrededor, me metí 2 dedos en la boca con mi saliva empecé a acariciar su raja, ella Gemio despacio, me metí el vibrador en la boca y lo chupe un instante, luego con mi dedos le separe los labios subiendo y bajando mis dedos por su contorno, cuando vi que ya estaba bien comencé a meter el vibrador, ella grito

-¿te parece grande?

-no…no, está bien,….-

Empuje con mi dedo el resto del huevo y me asegure que quedara lo suficientemente adentro, no quería que luego se le saliera. Ella dio un suspiro y se miró la vagina, se la palpo un poco

-¿Qué se es siente amor?

-no se jajaja, es como si tuviera una pelota ahí dentro-

Se acercó a la cama y agarro su ropa se puso primero su traje de baño y encima su short, en ese momento tocaron el timbre.

-rapidooo ya están aquí, vámonos, agarra todo-

-ya voy amor, pásame esas toallas-

Puse todo nuestras cosas en mi mochila, nos despedimos de sus padres y de su hermano, ella se quedó hablando un momento con su mama y yo me dirigí a la puerta de calle, ella llego un momento después, caminando un poco extraño, y antes de salir me dijo.

-pedro, amor por favor, que no se te ocurra prenderlo mientras estamos con los del curso, cuando lleguemos halla podremos jugar con el vibrador pero no antes ¿ya?-

Acto seguido me planto un pico en los labios y salió por la puerta

-claro amor, jamás haría eso-

A los 15 minutos había subido a la segundo velocidad, me encantaba verla moverse en su asiento sin saber qué postura tomar mientras intentaba segurile la charla a su amiga.

-y cuando llegamos en el auto…oye nati ¿Qué te pasa?, te estas moviendo mucho ¿te molesta el asiento?

-no Andy, no es nada, nunca me gusto viajar en auto bus, no tienes de donde apoyarte-

La Andrea no le dio importancia y continuaron charlando, yo me deleitaba viendo cómo se movía, me fije en sus deliciosos pies, a cada rato apretaba sus deditos o movía nerviosa su sandalia, espere unos minutos a que se calmara un poco, y entonces subí a la tercera velocidad, debió tomarla desprevenida porque lanzo un agudo grito que recorrió el autobús, muchos lo oyeron pero por la forma graciosa en que se escuchó, los muchachos no le dieron más importancia y se rieron, ella me miro, nunca había visto una mirada que combinara el enojo y el placer de esa forma, movió sus labios suplicando que parara yo le sonreí maliciosamente y me negué con la cabeza.

Dejo de hablar con la Andrea y empezó a mirar el paisaje, cambio su postura y puso sus piernas juntas, apretó los dedos de sus pies, y note algo que debió pasar inadvertido para el resto, un líquido empezó a chorrear por su muslo y bajando luego por su pantorrilla mojando sus deditos y el piso “cuando esto termine voy a chuparle sus pies como nunca antes” ...