1. Culeando a una tailandesa a señas


    Fecha: 11/06/2019, Categorías: Anal Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... hubo algunos momento que con señales me decía que tenía una verga grande. Exploté con tremenda eyaculación en su linda boca y le llené todo su rostro de mi liquido blanco que distorsionaron su maquillaje.
    
    Me fui al baño a limpiarme y ella hizo lo mismo y pensé que al salir iría a desvestirla, pero me equivocaba. Encontré a Kitty desvistiéndose y ella se había quedado con tan solo una tanga color oro y miré sus pechos desnudos que quizá llegaban a una copa D. Pensé que eran de silicona, pero eran naturales y se sentían tersos y sólidos. Los mamé a placer y luego pensé que sacaría algún condón mientras otra vez a señas ella se ponía en posición de perrito. Nunca sacó un condón de su cartera y ante mi tenía ese culo perfecto todavía vistiendo su tanga el cual hice de lado ese hilo para descubrir una conchita preciosamente afeitada que se me ofrecía para que yo la pudiera disfrutar. Quería chupársela y eso hice. Su sabor típica de una chica joven y emanaba un olor a cítrico, loción que ella misma me dijo luego después que usaba. En esa posición le he chupado el clítoris y he paseado mi lengua una y otra vez, de arriba abajo o haciendo círculos. Ella me tomó la mano e hizo que uno de mis dedos le masajeara su orto mientras yo seguía con desesperación chupándole su conchita. Típica concha de las mujeres esbeltas, pequeña, muy bien depilada estéticamente y de donde emanaba unos jugos constantes de lo caliente que Kitty estaba. Nuevamente a señas me pidió que se la metiera y comencé mi faena de taladrar tan hermosa conchita o Kitty como nos referimos algunos en inglés. No duraría mucho para correrse, pues desde el momento que le hundí mi verga, sentía esas paredes de su vagina vibrar pues esta chica realmente estaba apretada. Creo que al principio le dolió, pues dio un gemido de dolor y ella me había puesto una de sus manos en mi cadera que le enviaba con placer el siguiente impulso. Luego le fui dando lentamente hasta que ella me tomó una de mis manos y ahora me decía a señas que le masajeara el culo mientras le penetraba la conchita. No aguantó mucho y sentí su vulva hervir y cómo contraía su reducida vagina. Se corrió aullando como perra y luego me volteó a ver con una sonrisa angelical, relajada y llena de placer.
    
    Que rico fue verla correrse, cómo movía ese culo divino y cómo gesticulaba su orgasmo. Nuevamente a señas le pedí el culo y ella me dijo a señas que quería un lápiz o bolígrafo. Me escribió en el directorio de teléfono B1000. y me fui en busca de mi cartera y le extendí $200.00 dólares. Ella me sonrió y colocó su dinero en su pequeña cartera y se volvió a poner de perrito. Tenía unas nalgas preciosas, perfectas y sólidas que en otras circunstancias se las hubiese comido o meterle mi lengua a su ojete. Estaba al otro lado del mundo con una chica de otro mundo y no sabía realmente que esperar. Me pasó por la mente ir en busca de profilácticos, pero en el calor de la pasión, todas esas cosas y pensamientos cuerdos salen sobrando. Tenía ...
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