1. Culeando a una tailandesa a señas


    Fecha: 11/06/2019, Categorías: Anal Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... que quizá con un poco de atención y discreción, se podía apreciar la sombra oscura de su areola.
    
    Era una chica de cuerpo perfecto y bonito rostro. Muy bien maquillada y espectacularmente provocativa. Ella volvió a girar la silla cuando el mismo cantinero que me atendía a mí se dirigió a ella. Llamé al cantinero y le dije que yo pagaría por ella. Aquí por estos lugares te sirven y en ese momento pagas. La chica se acercó a mí y me dio una sonrisa preciosa y me dijo “gracias” en un ingles que sonaba fluido. Era difícil comunicarse, pues además del bullicio de la gente, esta ciudad está inundada por los decibeles de la música en todas las noches. Me dijo su nombre, pero sí era difícil pronunciarlo, lo era más difícil recordarlo; así que debido a un tatuaje que tenía a esa famosa gatita de tono rosa en uno de sus muslos de la pierna le comencé a llamar Kitty, lo que también es una alusión a la parte íntima de la mujer en la tierra que yo nací. Y luego de unos minutos y ver que se hacía más noche y sabía que tenía reuniones el siguiente día, con señales y palabras atropelladas por la risa, decidí intentar llevármela a mi cama.
    
    Tenía ya unos cuatro días en Tailandia y quizá unos siete sin haberme follado a alguna chica que sentí la necesidad imperiosa de convencer a esta chica a llevármela a la cama aun así me costara un buen billete. Con certeza les digo, esta chica era tan sensual y de una figura y carita bonita que a cualquier santo hace pecar. Con los minutos ella entendió lo que yo buscaba y hasta el momento no sé si era a eso a lo se dedicaba, pero después de algunas palabras vacilantes Kitty me escribió en un papel: B5000. for night. En esa época no recuerdo el cambio de la moneda, pero diez años después eso aquí valdría a un poco más de $150.00 dólares. Realmente ni lo pensé y en ese momento tomamos una de esas moto taxis que abundan por este lugar.
    
    Eran las 11:30 de la noche del tiempo local cuando llegamos al suite de mi hotel. Había querido tener una conversación, pero aquel “thank you” fluido era una de las únicas frases que esta chica sabía pronunciar y todo lo demás era cuestión de hacer señales. Ella fue directo a lo que iba, así que tan pronto entramos a mi habitación me comenzó a despojar de mis pantalones vaqueros, los cuales usaba en vez de mis pantalones de vestir, para según yo pasar desapercibido en aquella ciudad. Me hizo señales que me acostara en la cama, me bajó el bóxer y se dedicó a mamar mi falo con una disciplina y erotismo de profesional o como la mejor amante de este planeta. Pensé que me pondría algún profiláctico, pero así al natural me dio tremenda mamada que a los diez minutos me estaba haciendo acabar deliciosamente. Esta chica mamaba rico, llevaba muy bien los ritmos y sabía cómo masajear las bolas mientras mamaba el falo o viceversa. Ella no se despojó de su ropa en ese momento, pero esa minifalda, su espalda semidesnuda te hacían imaginar todo ese escultural cuerpo. Intentaba tragarse toda mi verga y ...
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