1. El tío de la moto


    Fecha: 10/06/2019, Categorías: Gays Autor: bilbo1983, Fuente: TodoRelatos

    ... hecha verga pegada a un hombre fuerte y sudado.
    
    Levanté mis manos acariciando desde sus piernas hasta sus pezones que estaban duros. Se los apreté generando en él una serie de jadeos que hicieron que su verga se pusiera aun más dura si es que eso era posible. Le gustaba que le tocaran los pezones o que le mamaran la polla como un borreguito buscando leche, no lo se. El caso es que se le notaba que estaba a puntito de correrse y, en un movimiento rápido sin darme tiempo de reaccionar, me agarró la cabeza, se dobló hacia delante y me empotró contra su entrepierna, haciendo que me tragara toda la verga. Empezó a gemir como un animal, emitiendo unos gruñidos broncos mientras su polla palpitaba en mi boca y garganta, obligándome a tragar los trallazos de lefa que iba soltando con cada eyaculación.
    
    No se cuánto semen descargó en mi garganta pero me lo tragué todo, no tenía otra opción sin ahogarme. Se irguió, me soltó la cabeza y, mirándome a los ojos, me dijo:
    
    -De las mejores mamadas que me han hecho, tío
    
    Yo estaba bastante indecente, con la barbilla cubierta de babas y restos de semen, y los ojos llenos de lágrimas de tanto mamar, así que solo me salió contestar:
    
    -¿Si?
    
    -Sí, tío. Bua, como me la has comido, que bien lo haces, tienes un don con la boca, tío.
    
    Sonreí mientras sacaba un paquete de pañuelos del bolsillo para limpiarme un poco.
    
    -Espero volver a verte porque me la vas a volver a comer -se miró la polla, la tenía totalmente embadurnada de babas y fluidos.
    
    Se la cogió y se la guardó en el gayumbo para después atarse los botones del pantalón. Después me ofreció su mano que estaba llena de babas de su polla y le chupé los dedos uno por uno. Cuando acabé se la llevó a la boca y, mirándonos, sacó la lengua y se lamió toda la palma.
    
    -Venga, tío, hasta otra -y se fue hacia la moto dejándome en medio de las vides limpiándome.
    
    No me di cuenta de la perra hasta ese momento, pero estaba tumbada a unos metros sin importarle mucho lo que había pasado. Me acabé de limpiar y salimos al camino. El chaval se había puesto la chaqueta y se estaba poniendo el casco. Mientras arrancaba la moto dijo un “bueno” que respondí con un levantamiento de cabeza y cada uno continuamos nuestro camino en direcciones opuestas.
    
    Volviendo a casa me crucé con una pareja que iba a pasear por donde yo había estado. Yo no me había corrido así que en cuanto llegué a casa me hice una buena paja con una corrida increíble. Al ir a meterme en la ducha me di cuenta de que llevaba los pelos bastante alborotados. Tendré que seguir saliendo a pasear. 
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