El tío de la moto - Relatos Eróticos

El tío de la moto

Ya he contado alguna vez que mis padres tienen una casa de veraneo en un pueblo a la que vamos desde que éramos críos aunque últimamente suelo ir solo. Es un pueblo muy tranquilo y hay muchos caminos por la zona, que son geniales para dar un paseo.

Después de unos días de mucho calor al fin había salido un día en que se podía ir a pasear sin asfixiarse. Había estado unas semanas de vacaciones y en unos días tenía que volver a la rutina, así que estaba paseando con mi perra disfrutando de lo poco que me quedaba allí. Como era sábado había más movimiento que entre semana, ya que había más veraneantes. Serían las 12 de la mañana y en la zona de barbacoas que está al lado del río ya había un par de mesas ocupadas, con una de las barbacoas encendidas, aunque con el día que había salido la gente había preferido quedarse en los bares de la plaza antes que ir a caminar.

Este camino une los extremos del pueblo por la otra orilla del río, y pasa por unos campos que, por las fechas que eran, ya estaban segados. A la perra le encanta porque tiene donde parase a oler todo lo que quiere, va suelta y ni yo me tengo que preocupar de lo que hace ni ella de que me pierda de vista. Es un bulldog francés muy amigable que le gusta a todo el mundo. El camino es rural por lo que podrían pasar coches o tractores, pero en fin de semana es raro encontrarse con alguien que no vaya andando.

Por estas razones, cuando oí un motor detrás de mi me enfadé un poco. Era una moto y venia levantando polvo, así que me mosqueé un poco más. Llamé a la perra para tenerla controlada y la moto pasó por nuestro lado. Agradecí bastante que al llegar a nuestra altura bajara la velocidad, porque nos evitó respirar polvo. No me pude fijar mucho en el jinete de la moto, más allá de que llevaba unos vaqueros y una chupa negra de motorista, con protecciones para las articulaciones, y un casco también negro.

Soy más de coches que de motos, pero era una moto tipo naked bastante vieja, lo se porque me sorprendió que la matrícula era provincial. Si no recuerdo mal las matrículas actuales las usamos desde el año 2000, y esta era de las últimas del anterior tipo, por lo que la moto tendría ya un cuarto de siglo. También me sorprendió que el motorista iba muy erguido, pero imagino que debido a que el camino era de tierra y piedras.

Conforme la moto pasó, y como no había levantado tanto polvo, le hice una seña a mi perra para indicarle que continuábamos y seguimos cada uno a lo nuestro: la contemplación del mundo rural. Uno de los campos de trigo que habían segado hacia una semana tenía un aspersor enorme que estaba regando una zona al fondo, junto a la chopera. Entré en una serie de pensamientos para tratar de buscarle un sentido a regar un campo que no está plantado, y estoy seguro de que hay alguna razón para ello, pero teniendo en cuenta que me dedico a temas de informática y que no consigo mantener vivas las plantas en casa decidí mirar para otro lado.

Tras una curva, el ...