1. Descubriendo un Mundo Nuevo 3


    Fecha: 07/06/2019, Categorías: Incesto Autor: maeztred, Fuente: RelatosEróticos

    ... también debió sentir curiosidad, y cuando giré mi cabeza, ligeramente a mi izquierda, me encontré con los ojazos de mi otra hermana que me miraban con una expresión que no logré descifrar. Tras unos segundos que me parecieron una eternidad, se acercó ligeramente hacia mí diciéndome:
    
    - Vaya, veo que te has tomado al pie de la letra la recomendación de buscarte novia, ¿eh?
    
    Retiré la mano de la pierna de Amaya como si se tratase de una brasa ardiendo y me puse muy colorado; mi prima sobresaltada por la brusquedad de mi gesto me miró sin entender, y tras seguir la dirección de mi mirada, debió encontrarse con la sonrisa irónica de Mel y, comprendiéndolo todo se sonrojó como si hubiese corrido una maratón. María era la que más se divertía, sin duda, tanto es así que explotó en una carcajada
    
    - ¡Ja, ja, ja, ja!
    
    Mel se rió, divertida como ella, y este jaleo atrajo por un instante la mirada de nuestros adultos, que miraron complacidos, pensando que todo era producto del buen rollo imperante entre los más jóvenes de la familia.
    
    Estaba hasta los mismísimos de tanto jueguecito y del cachondeo que se traían conmigo las féminas de la familia. Hasta hacia un par de días yo era un tranquilo adolescente que tan solo pensaba en disfrutar del verano, y de mi tiempo libre, de mis merecidas vacaciones, salir con los colegas, ir a la playa, mirar las tías buenas, un poco de porno a escondidas, jugar con mi adorada Play; ahora ni eso podía hacer sin que me trajese otros pensamientos y se alterase mi ya de por sí nublado raciocinio juvenil. Esto no podía seguir así, ¿pero qué podía hacer yo?. Mientras reflexionaba degustando la cena, miraba discretamente a mis hermanas y a mi prima, y ya no había marcha atrás, ahora ya no las podía ver tan solo como a miembros de mi familia, ahora eran, además, preciosas y deseables mujeres que para colmo se me estaban poniendo a tiro…y que me estaban poniendo la vida patas arriba. Pero como todo, la cena llegó a su fin, y tras los correspondientes cafés de los mayores, y por decisión unánime se decidió irnos pronto a la cama, porque el sábado por la mañana queríamos madrugar para irnos temprano a la playa y aprovechar bien el día hasta la hora de comer, eso sí, cada uno por su lado. A mis padres y mis tíos los dejábamos a su rollo, suponía que Amaya y María se irían juntas, Mel abriría la tienda, y yo, claro está, con mis colegas.
    
    Tocaba retirar la mesa, y ahí comenzó de nuevo mi calvario. Mi madre y mi tía estaban al fondo de la cocina organizando, junto con Mel, mientras mi padre y mi tío permanecían en la terraza recogiendo. Entré en la amplia cocina llevando platos, tras Amaya y detrás de mí venía María. Amaya se detuvo a mi derecha, para dejar platos en el lavavajillas, inclinándose hacia delante mientras flexionaba ligeramente sus rodillas y yo paré tras ella a una distancia prudencial esperando para llevar lo que transportaba pero, de repente, María, con un hábil y medido movimiento, fingió un ligero choque ...
«12...121314...21»