Años 70: Estudiando en la Universidad 10 FINAL - Relatos Eróticos

Años 70: Estudiando en la Universidad 10 FINAL

... Casino de Madrid. Se quedó mirándome, intentando saber si era yo. Me acerqué a el y le saludé. Se quedó de piedra, porque esperaba que llevara quince años muerta. Le presenté a mi suegro y le dije que era el hombre que me había vendido al primer prostíbulo. Mi suegro le dijo que él era el hombre que me había sacado del último y que no le quería volver a verle en Madrid, o cumplirían la deuda que no pagó correctamente con su vida. Se fue corriendo y no volvió a venir.

- Tu suegro te ayudaba mucho. Me gustaría haberlo conocido.

- Tal como ahora lo vas a hacer tu. Vamos a dormir un rato. ¿Te importa si me abrazo a ti?

- Te iba a pedir lo mismo.

Por la mañana repitieron y volvieron a hacer el amor. Después se ducharon juntos, se vistieron y salieron a poner los desayunos.

Los demás fueron saliendo, pero Miren no salía, como tampoco sus dos acompañantes. Fernando fue al cuarto a despertarlos y se los encontró follando, con Julio dándole en el coño y Juan metiéndosela por el culo, muy dilatado para poder albergar esa polla tan grande.

- Venga chicos, fin de jornada, una corrida más y lo dejáis. Me quedo a verlo, - dijo Fernando y se sentó en el sofacito del cuarto.

Carmen se acercó al ver que Fernando no volvía. Se sentó encima de Fernando y le dio un beso en la boca. Luego se quedaron mirando el espectáculo de Miren con esos dos. Los chicos se esmeraron un poco más, le sacaron un par de orgasmos más y se corrieron ambos dentro de ella, saliéndose y dejándola tumbada después de darle un beso cariñoso. Carmen se fue con ellos al salón y dejo a Fernando con Miren.

- Fernando, ven y túmbate conmigo mientras me repongo. - y Fernando lo hizo.

- Bueno chica, cuéntame cómo ha sido tu noche especial

- Fantástica. Habré tenido diez o doce orgasmos muy fuertes, y me la han estado metiendo hasta las tres de la mañana. Hemos dormido tres horas y han seguido. Me habrán echado seis o siete corridas dentro. Ha sido una gran sorpresa, no pensaba hacerlo con ninguno de los dos. Ya me había mentalizado.

- Pues que sepas que solo te daré sorpresas de estas, cuando lo considere innecesario, para que sea una sorpresa, no cuando lo necesites, para que lo disfrutes más, sin ansiedad.

- De acuerdo. ¿Dónde has pasado la noche? ¿Con la colombiana?

- Que poco me conoces. Con la mejor mujer.

- ¿Con mi madre?

- Si, solos los dos, rodeándola de cariño, que es algo que echa mucho de menos. No hemos follado, hemos hecho el amor. Y ella está encantada, porque, según me dice, nunca le habían echado un polvo diciéndole cosas bonitas al oído.

- Me pongo celosa.

- No puedes quejarte de la noche que has pasado.

- La verdad es que no. Pero mañana me lo haces a mí, igual que a mi madre.

- Vale.

Luego salieron a desayunar y después de recoger todo, Carmen llamó a su hija a su dormitorio para hablar, de mujer a mujer.

- Miren, no te mereces a Fernando. Sigues jugando con fuego.

- ¿Por qué?

- Lo grave es que no te enteras. ...