Años 70: Estudiando en la Universidad 10 FINAL - Relatos Eróticos

Años 70: Estudiando en la Universidad 10 FINAL

... completa con la mujer más maravillosa que he encontrado hasta ahora y que eres tú.

- Fernando, te sigo diciendo que eres un sol. A mí también me apetece follar como loca contigo y luego pasar la noche abrazados, y poder dormirme sobando esa polla que tanto me gusta.

- Espero haberte pillado ya suficientemente relajada y colmada de sexo como para poder hacer el amor y no echar un polvo.

- Fernando, me gustas un montón, aunque te saque veinte años. ¿Qué te apetece hacer?

- Bueno, primero me encantaría saber cómo sabe la mezcla de tu flujo con el perfume de Hermes.

- Perfecto, pero ¿me prestas tu polla mientras?

- Me parece buena idea. ¿Quién se pone encima?

- ¿Un rato cada uno? - dijo Carmen

- Vale, pero antes de eso, ¿me dejas jugar con mi lengua en tu culito?

- Esperaba que me lo hicieras. Es todo tuyo.

Fernando se puso a jugar con su lengua por todos su culo, estimulando todo su perímetro, y después de un rato ya bajó hasta su sexo, mientras ella le hacia una mamada grandiosa. Al rato de chuparla todo su sexo y jugar con la lengua dentro de su vagina y succionar el clítoris, ella se corrió con fuerza. Luego el empezó a follarla con los dedos, rozando la zona del punto G que ya tenía localizado dentro de ella, consiguiendo un rato después otro orgasmo.

Entonces oyeron a Miren gritar de placer, con grandes jadeos, corriéndose como una loca, y pidiendo más polla y gritando para que Fernando lo oyera.

- Qué cabrones, como me estáis follando, que gozada. Fernando, no sé dónde andas, pero te quiero un montón.

Fernando y Carmen lo hicieron de muchas maneras y se corrieron varias veces y se durmieron abrazados. A mitad de la noche Carmen se despertó asustada, dando un bote en la cama, despertando a Fernando.

- ¿Qué te pasa Carmen?

- Perdona Fernando, una pesadilla. Me pasa a menudo.

- Cuéntame.

- No, déjalo.

- Cuéntame, es una orden.

- Estaba soñando que estaba en el burdel de Montera, forzada a tener relaciones con dos desconocidos babosos. Hacía años que no tenía ese sueño, que me persiguió durante mucho tiempo después de dejar aquel lugar.

- No sabes cuanto lo siento. No sé cómo ayudarte en eso.

- Hazme el amor, transmíteme mucho cariño mientras me lo haces, pero haz lo posible para que no sienta que me estas follando, sino haciendo el amor.

Fernando se puso a su lado y la empezó a acariciar y a besar. Y después de un rato se puso encima y acariciándola y besándola se la fue metiendo poco a poco, para después ir moviéndose dentro de ella, diciéndole cosas bonitas al oído, la gran mujer que era, lo elegante y guapa que era y la clase que tenía y lo cariñosa y buena madre que era y la admiración que sentía hacía ella. Se corrieron juntos y ella se quedó mucho rato abrazada a él. Luego dijo.

- Es la primera vez que me hacen el amor así y yo lo siento como tal. Hasta hoy solo me habían follado, de mil maneras, pero ninguno, ni mi novio, ni el puto conde, ni los de intercambio, ni mi ...