Años 70: Estudiando en la Universidad 10 FINAL - Relatos Eróticos

Años 70: Estudiando en la Universidad 10 FINAL

... de que se hunda del todo, lo cual no está lejos, porque solo le sale el coño. La cabeza la tiene totalmente hundida y no le funciona.

Al día siguiente llegaron a Cercedilla. Cerraron la verja con una cadena y quedaron encerrados dentro. Luego dejaron a Pilar, Carlos y Miren en la piscina.

- Carlos, ¿qué hago? ¿Cómo recupero a tu hermano?

- Lo tienes difícil, ¿tanto necesitabas irte esa noche con Julio?

- Visto ahora, fue una estupidez. Entonces, no pude controlarme. Fui solo a echar un polvo rápido y me propusieron una triple y acepté, y ahí perdí la noción del tiempo y dio lugar a que mi madre se alarmara. La verdad es que ya llevaba tres orgasmos y podría haber parado y haberme ido, pero necesitaba más, como la noche aquí, donde, por la mañana, les pedí que me lo hicieran de nuevo, en lugar de darme por satisfecha.

- Miren, el problema es ese precisamente, que no tienes limite y no te conformas ni con cuatro horas, cuando empiezas, no sabes parar.

Carmen y Fernando se fueron a uno de los salones a hablar de la situación y cerraron la puerta con llave.

- Mi hija es tonta de remate. Con lo fácil que lo tenía.

- Ya lo sé, pero ahora no sé qué hacer, Carmen. Necesito tu ayuda. Me siento incapaz de castigarla, pero sé que debo hacerlo. Ayer la hubiera pegado dos hostias, hoy ya se me ha pasado parte del cabreo y me siento incapaz de ayudarla.

- El problema es que la sigues queriendo y eso es muy bonito. Mientras no encontremos la solución de cómo controlarla, todo es muy peligroso para ella, porque ha entrado en una espiral desde que fuisteis a Formentera.

- No, antes, desde las fiestas de los viernes.

- Es lo mismo, pero ¿qué hacemos con ella?

- Carmen, si lo supiera, no estaría ahora aquí así contigo.

- Hay que pararla

- ¿Cómo?

- Pero empezaría por algo. ¿Qué pasó alguno de esos viernes? - preguntó Carmen

- Nada especial. No es desde ese momento, es desde que acabó el curso y fue la salida con Julio, porque antes estudiaba bien y estaba centrada. Se ha desmadrado porque no tiene otra ocupación. Cuando estudia, no le pasa.

- Entonces es porque está ociosa.

- Podría ser.

- ¿Le vas a poder perdonar esto alguna vez? - pregunto Carmen

- No lo sé. La quiero mucho. Estoy deseando ir a abrazarla, besarla y perdonarla, porque, en el fondo, no ha hecho mucho más que la noche anterior, donde yo le lleve a dos tíos para que se la metieran por todos sitios. Pero nos ha engañado y tiene que pagar algo. Creo que dejar de salir con ella es suficiente castigo, pero algo en mi mente me dice que no es la solución, sino el camino opuesto, porque, por un lado, me castigo yo también, y por otro, dejo de apoyarla.

- En eso tienes toda la razón, si se queda sola, puede incrementar su ansiedad y perder la cabeza. Y si la quieres, no la sueltes, te castigas a ti mismo.

- La quiero, pero algo se está removiendo dentro de mí que me está empezando a liar la cabeza. Y empiezo a tener sentimientos en dos ...