Laura y Carolina: Bendito bikini - Relatos Eróticos

Laura y Carolina: Bendito bikini

... más estrafalarias.

—Quizás para esta primera vez lo mejor sea empezar con algo sencillo, como un corazoncito ¿qué te parece? —sugirió Laura con tacto—. Es rápido de hacer y con tu pelo rojizo quedaría monísimo.

—¡Siií, me encanta la idea! —exclamó Carolina entusiasmada—. Otro día ya haremos las alitas.

Laura suspiró aliviada al ver que se decidía por un diseño más simple. Le divertía la imaginación desbordante de Carolina, pero también era consciente de sus propias limitaciones como depiladora amateur.

Cuando Laura por fin comenzó a depilar, Carolina sintió un cosquilleo recorrer su cuerpo, mezcla de emoción y ansiedad. Los dedos se deslizaban delicadamente junto con las cuchillas, acariciando y dejando un rastro de sensaciones ardientes que la hacían estremecer de anticipación.

Laura trabajaba con esmero, estirando la piel con una mano mientras con la otra guiaba hábilmente el cabezal de la maquinilla, retirando el vello alrededor del área que dejaría intacta. De vez en cuando, hacía pausas para enjuagar la hoja. Esas pausas no hacían más que intensificar la experiencia. Cada vez que el agua tocaba la piel recién rasurada, Carolina sentía un escalofrío delicioso recorriendo su columna vertebral. Cada roce y caricia parecía amplificarse.

Poco a poco, un triángulo pelirrojo fue tomando forma, enmarcado por la zona ahora lisa y tersa. Al finalizar, tras asegurarse de que ya no quedaba ningún vello fuera de sitio, Laura tomó unas pequeñas tijeras. "Ahora, los retoques finales", susurró para si misma.

Se inclinó aún más, hasta que Carolina pudo sentir el cálido aliento de su novia rozando su piel recién rasurada. Laura tenía los ojos entrecerrados, con una expresión de intensa concentración. Su lengua asomaba ligeramente entre los labios entreabiertos, en un gesto inconsciente mientras se enfocaba en la delicada tarea. Parecía contener la respiración, tomándose su tiempo, guiando alternativamente las tijeras y las cuchillas con movimientos lentos y estudiados.

Tras varios minutos de meticuloso trabajo, Laura se enderezó para evaluar el resultado final. Una sonrisa de orgullo iluminó su rostro.

Con delicadeza, pasó una toalla tibia para limpiar los últimos rastros de gel y luego aplicó una loción calmante sobre la ahora suave e hipersensible piel recién depilada.

Había creado un corazón perfecto con el vello rojizo de Carolina, apuntando traviesamente hacia sus húmedos pliegues.

—Bueno, esto ya está. A ver si te gusta como ha quedado

Carolina se incorporó lentamente de la cama y se dirigió hacia el espejo de cuerpo entero en la pared. Contempló admirada el delicado corazón que Laura había creado en su monte de Venus.

Acercó una mano para sentir con los dedos esa zona ahora tan suave. Delineó todo el borde del corazón, sintiendo un cosquilleo placentero recorrer su cuerpo.

—¡Quedó perfecto! Muchas gracias, amor —exclamó entusiasmada.

Llena de felicidad, se dio la vuelta y abrazó fuertemente a Laura. Sin ...