1. Laura y Carolina: Bendito bikini


    Fecha: 18/03/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Perexcod, Fuente: TodoRelatos

    ... ella.
    
    Laura contempló de nuevo extasiada las curvas de su novia, aún húmedas y fragrantes, y sintió un estremecimiento de deseo. Sin embargo, con un suspiro interno, recordó que no era el momento para dejarse llevar por esos pensamientos ardientes.
    
    Con delicadeza, guió a Carolina para recostarla sobre la cama, colocando una almohada bajo su cabeza para que estuviera cómoda. Las largas y esbeltas piernas de la pelirroja quedaron colgando del borde del colchón.
    
    —Perfecto. Ahora a recortar. No te muevas o… ¡Chas! —exclamó rozando juguetonamente con las tijeras el vello púbico de Carolina.
    
    —¡Laura! —exclamó ella nerviosa, tensando las piernas.
    
    —Tranquila mi amor, es broma —la calmó Laura, besándola suavemente— Ahora relájate y déjame trabajar, que te dejaré como la seda.
    
    Laura se arrodilló en el suelo entre sus muslos y admiró extasiada la intimidad de su novia, cubierta por una espesa y rojiza mata rizada. Al inclinarse sobre ella, sus sentidos se inundaron con el sutil y femenino aroma. Era un perfume natural intoxicante, que siempre despertaba todo su deseo.
    
    Tuvo que obligarse de nuevo a apartar esos pensamientos y seguir con su labor. Con mucho cuidado y delicadeza, fue recortando el vello púbico de Carolina, estirando pequeños mechones con los dedos y dejándolos a una longitud corta para poder trabajar mejor sobre ellos después.
    
    Mientras, Carolina mantenía los ojos cerrados, conteniendo la respiración ante cada chasquido o roce de las tijeras. Se aferraba tensa a las sábanas, hundiendo los nudillos en la tela.
    
    Laura notó lo rígido que estaba el cuerpo de su novia. Soltó una risilla y dijo en tono tranquilizador:
    
    —Amor, relájate. No tienes por qué aguantar la respiración así. Tampoco es que te esté haciendo una operación a corazón abierto.
    
    Carolina exhaló lentamente. Laura tenía razón, estaba exagerando.
    
    —Respira hondo y piensa en cosas bonitas —añadió Laura dulcemente mientras seguía con su labor— Ya falta poco para transformar esta selva en un precioso jardín. Disfruta del proceso, no pasa nada.
    
    Una vez que terminó de recortar el vello, y sin mediar palabra, posó sus manos en los muslos internos de Carolina y los separó lentamente, abriéndole suavemente las piernas.
    
    Carolina contuvo la respiración, sintiendo un hormigueo recorrer su cuerpo ante ese gesto tan íntimo. Normalmente, ese tipo de caricia en la parte interior de sus muslos era el preludio a una deliciosa sesión de sexo oral por parte de Laura, y aunque en esta ocasión no tuviera ese propósito, el roce de esas manos abriéndole las piernas le resultaba increíblemente excitante, despertando recuerdos ardientes y anticipación dentro de ella. Su cuerpo reaccionaba instintivamente, esperando el placer que habitualmente seguía a esa caricia. El hormigueo en la entrepierna de Carolina era evidente. Cualquier roce en esa zona cargada de erotismo parecía encenderla al instante.
    
    Sin embargo, Laura, ajena a la creciente inquietud de su novia -o tal vez ...
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