1. Corrompiendo a mamá Libro II -- Cap. 10


    Fecha: 05/06/2019, Categorías: Incesto Autor: JOS LIRA, Fuente: TodoRelatos

    ... hasta cometí el pecado de ponerte sedantes en tus batidos nocturnos para que no sintieras cuando yo llegaba y me ponía a cuatro patas sobre ti, con mis pechos expuestos… con mis pezones erguidos… con mi vulva mojada por ti!
    
    —¡Me estás mintiendo, mamá, me estás engañando para que no te deje, pero ya no puedo soportar tantas mentiras!
    
    Pero ella actúa como si no me escuchara, y me añade:
    
    —¡Aquella noche… cuando te desmayaste por primera vez y el doctor te medicó hasta sedarte por completo! Me acababa de enterar que tenías novia y yo no podía soportar que amaras a otra mujer más de lo que me amabas a mí. ¡E hice una locura horrenda! ¡Mientras tú estabas inconsciente… yo me subí sobre ti, te restregué mi vulva en tu cara y me masturbé sobre ti, hasta correrme como una verdadera loca, al tiempo en que yo te chupaba tu hermoso pene, mi amor!
    
    —¿Qué estás diciendo?
    
    —¡Te he amado y deseado como hombre desde que tenías diecisiete…! ¡Me toqué infinidad de veces mirándote desnudo! ¡Tuve infinidad de orgasmos estando recostada a tu lado! Te pasaba mi lengua por tu cara, por tu pecho, por tu boca… y quería más… mucho más de ti…
    
    —¡Eres una mentirosa…! ¡Yo me habría dado cuenta de…!
    
    —¿A caso no recuerdas todas las mañanas en que despertabas con tus bóxer mojados? Esas eyaculaciones nocturnas que creías tener involuntariamente te las provocaba yo misma, con mis manos o con mi boca.
    
    Cada una de sus palabras suena tan sincera y convincente que me está confundiendo de verdad.
    
    —¡Mentirosa! ¡Me quieres persuadir como lo has hecho siempre! ¡Pero no lo vas a lograr, Sugey, no ahora!
    
    —Te juro que no te estoy mintiendo, Ernesto. Yo… sin el cariño de tu padre… comencé a tener otro tipo de necesidades. Y será por el instinto de sangre o no sé, que comencé a verte de manera diferente. ¡Sé que es enfermero, pero es real! Y ni siquiera me siento orgullosa de ello. Sabía que estaba actuando como una psicópata… ¿cómo puede ser normal que una madre… tenga esos pensamientos tan pecaminosos hacia su propio hijo?
    
    Yo tenía la cabeza a punto de estallar. Sabía que me estaba mintiendo para retenerme, para persuadirme, y por eso quería ser fuerte y no ceder.
    
    —¡Por eso busqué un amante… con desesperación —continuó ella excusándose—, porque si no lo hacía terminaría volviéndome loca de verdad! ¡Y entonces apareció Nacho en mi vida y me entregué a él con toda la pasión que tú me provocabas! ¿Quién iba juzgarme si un día alguien descubría mi infidelidad con él? ¡Lo harían, claro, pero sería mucho menos condenable a si descubrían una infidelidad… inces… entre tú y yo!
    
    —No vas a… a convencerme, mamá. Ahora más que nunca creo que me mientes. Y yo no estoy dispuesto a tolerar una mentira más. Lo siento… pero me voy, quédate con ese amante que tanto te hace jadear de placer.
    
    Cuando hago amago de dirigirme a la puerta, Sugey corre de prisa, haciendo sonar muy fuertes los tacones, hasta llegar a la puerta antes que yo, para no dejarme salir.
    
    —¡No voy a ...
«1...345...10»