1. Un cine solitario


    Fecha: 03/08/2021, Categorías: Sexo Oral Autor: MathewDream, Fuente: CuentoRelatos

    ... poco “enteradilla” con todo el tema de la lucha de clases, la cultura y demás. –se disculpó algo avergonzada
    
    –En absoluto, yo también había leído algo de eso, creo que estamos al mismo nivel de parecer “enteradillos”.
    
    Por un momento me dedicó una bonita sonrisa y se colocó el cabello con su mano derecha. Después se puso un par de palomitas en la boca, las masticó y tragó. Se inclinó ligeramente hacia mi asiento y me ofreció por si quería comer alguna. Por mi parte, al dirigir la mirada hacia ellas, no pude evitar detenerme un segundo en su escote.
    
    Se dio cuenta y se cubrió con la mano.
    
    –¡Oye, pero donde miras!
    
    –Perdona, fue sin querer al ir a mirar las palomitas… –Corregí inmediatamente mi postura y miré al frente.
    
    De pronto se empezó a reír.
    
    –Era broma, era broma, jaja. Es lógico que echaras una miradita, yo también lo haría. –Dijo para tranquilizarme– Además has sido disimulado y respetuoso. Se nota que eres buen tío. –Añadió.
    
    Me relajé un poco y sonreí de nuevo, totalmente avergonzado sin saber que más decir.
    
    –Mira, para que veas que no me ha molestado, que me halaga que mires, y solo estaba bromeando, me voy a desabrochar un botón más de la camisa.
    
    Aquello me descolocó y tuve que mirar sin remedio. Unos centímetros más de piel cubiertos por un bonito sujetador negro se dejaban ver ligeramente con un canalillo hacía unos bonitos senos de, al menos una talla 100, copa C. Después levanté de nuevo la vista hacia su rostro y me fijé en sus labios, gruesos y suaves, que relajados dejaban ver una pequeña parte de dos de sus dientes incisivos superiores. Sus ojos de color miel llevaban algo de rímel que potenciaba la profundidad de su mirada, a la cual me enfrentaba ahora directamente.
    
    –Aprovecha para echar un buen vistazo, que cuando empiece la película y se apaguen las luces ya no verás nada. –Me aconsejó dedicándome una sonrisa torcida y pícara y señalándose el busto.
    
    Y efectivamente las luces de la sala se apagaron de repente. Seguramente venían los anuncios, los trailers y después la película que ya no me importaba en absoluto.
    
    –Aun puedo verte con la luz de la pantalla. –Fue lo único que se me ocurrió responder.
    
    Pero yo ya no miraba su escote, si no que mientras pronunciaba la última frase, totalmente absorto, tuve la suerte de que ambos tuvimos la misma idea y nos fuimos aproximando el uno a la boca del otro, para terminar fundiéndonos en un beso húmedo y profundo que hizo que las palomitas acabaran desparramadas en el suelo.
    
    Quise parar para pedir perdón, pero su lengua se introdujo en mi boca y me lo impidió dejando claro que no le importaba.
    
    Comenzamos a saborearnos, me perdí entre sus cabellos sin tardar, buscando recorrer su cuello con besos y chupetones suaves. Mi mano izquierda reclamó su derecho a sentir las texturas de su ropa y se paseó sobre el tejido con pelillos, increíblemente agradable del que estaba hecha su falda de tubo, hasta llegar a su cintura, y así, poco a poco, se nos fue ...
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