1. Samantha de 11 y su maestro Pt.2


    Fecha: 05/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Maestrowow, Fuente: SexoSinTabues30

    ... quien segundos después volvió a abrir sus piernas.
    
    — Sam —le dije pícaramente—, sé que te gusta, pero quiero oírte.
    
    Guardó silencio unos minutos, respiró profundamente.
    
    — Si, me gusta —dijo lo más tranquila que pudo—. Maestro, por favor chupeme ahí. —dijo mientras ponía una de sus manos arriba de su coñito instando a acercarme. — Que putita más bonita. —dije al verla. Me inque, mientras ella seguía acostada levante sus piernas y las puse sobre mis hombros, haciendo que parte de su espalda quedara al aire. La sostenía con mis manos en su espalda y ella se apoyaba también a sí misma con sus codos y sus piernas alrededor de mi. Quedó ante mi su apretado coñito, desprendía un suave aroma, olor a niña virgen, pureza. Mi verga se paraba cada vez más al ver esa vista y pensar que pronto sería mía. Una vista que si tuviera que describirla, yo diría que era el balance perfecto, entre lo más tierno y dulce y al mismo tiempo, lo más excitante. Sumergí mi rostro entre sus piernas y comencé a pasar mi lengua por su rajita, de arriba a abajo, sus labios estaban cerraditos y se abrían levemente con el paso de mi lengua. Su coñito estaba ya algo mojado. Comencé a succionar con mis labios, intentaba meterle un poco la lengua a lo que ella respondía con gemidos y movimientos erráticos, tenía sus ojos cerrados y su boca abierta. Pasé a sostenerla con una mano, y la otra la dirigí a uno de sus pechitos, los cuales seguían duros; con mi dedo pulgar y mi índice tomé el pezón y lo pellizque, era un tirón más fuerte que los anteriores— ¡Duele! —gritó Sam al sentir aquello, pero eso no hizo detenerme, seguí apretando más y más el pellizco, su piel se estiraba, estrujaba la punta de su pezón. Todo esto mientras seguía chupando sus coñito. Sus movimientos eran cada vez más violentos, su espalda se extendía y se arqueaba, parecían espasmos. Desconocía si Sam ya habría tenido un orgasmo antes de nuestros encuentros, pero sabía que tendría uno, o que bien, se estaba haciendo del baño. Pero algo seguro es que su coñito estaba bien mojado, tanto de mi saliva, como de humedad de ella misma.
    
    Unos segundos después sentí algo caliente en mi boca, efectivamente, se había hecho del baño, pero también tenía sabor a orgasmo, había hecho ambas cosas. Las recibí gustoso. Al soltar su pecho pude notar que este quedó rojo a causa de los tirones, pero que ahora era ella quien se apretaba el otro, le había gustado a pesar de que dijo que le dolía. Quedé viendo su imagen, recostada y desnuda en la colchoneta, con las piernas abiertas escurriendo orina y orgasmo de su coñito y sus pecho rojos y duritos.
    
    — Parece que te gusta sentir dolorcito —le dije sonriendo—. Ayer no estaba seguro, pero hoy quiero intentar metertela. Sus ojos se abrieron de golpe, volvió a desviar la mirada con aquella expresión indiferente que la caracteriza— Yo también quiero sentirlo maestro.
    
    Subí al segundo piso unos instantes y baje con sus braguitas del día anterior y un preservativo— Eso no será ...
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